
Reconoce juzgado federal a Juan Gabriel Vargas como presidente del TSJ
CUERNAVACA, Mor., 22 de noviembre 2018.- El Congreso de Morelos no tiene pies, cabeza ni rumbo. Temas que parecen simples y de rutina se atoran por el juego de intereses políticos y personales de cada uno de quienes integran este poder.
Las verdaderas razones de esta división, en la que un grupo tiene 11 diputados y el otro 9, no solo es la falta de operadores políticos eficaces sino también la falta de palabra de casi todos los legisladores.
Quadratín ha sido testigo de como se logran supuestos acuerdos que en menos de 2 horas se rompen.
Primero fue la bancada de Morena la que se negaba a aprobar las reformas a la Ley Orgánica.
En ese entonces se habló de chantajes políticos y beneficios económicos.
En el caminar del tiempo, el gobernador Cuauhtémoc Blanco se reunió con la bancada de Morena y pactaron acuerdos. En ese momento G9 (grupo de los 9) se sintió y de hecho fue relegado, a pesar de que había sido el brazo aliado del ejecutivo.
Ahora cada grupo acusa al otro de agandallarse espacios y beneficios. Ahora Morena en voz del diputado Javier García denuncia chantajes políticos para quitar a Alfonso Sotelo de la presidencia del Congreso, pero a ellos a su vez (a los de Morena) los acusan de presionar para quitar a Tania Valentina Rodríguez de la Junta Política y de Gobierno.
En ese sinsentido del proceder de los diputados, el estado de Morelos vive una parálisis legislativa en la que un tema de rutina como la prórroga para la presentación del Paquete Fiscal 2019 sea tomada de pretexto para entrampar más el clima político cameral.
Es evidente que desde el ejecutivo se ha descuidado la relación con el legislativo, es evidente que las intromisiones iniciales de Mirna Zavala, (al parecer dicen ordenadas por José Manuel Sanz) tensaron el ánimo personal y político de la mayoría de diputados y en este momento no se ve solución alguna.
El clima es tenso y los propios diputados comentan y acusan a los de enfrente, a los que no son de su grupo de impertinentes y gandallas. También se quejan de la falta de cumplimiento de compromisos de parte del gobierno del estado. Hablan de posiciones y de otros beneficios pero ninguno de los 20 legisladores se atreve a levantar la voz. Por el momento solo hay grillas, descalificaciones y la verdad es que el Congreso de Morelos está partido en 2 y a veces en 3 fracciones, según los intereses del momento.