
Desaparición de personas en México. ¿Qué hacer?
Vivimos tiempos complejos que han dejado de ser amables, con miles de ciudadanos hartos de de la inseguridad, de su situación económica, con incertidumbre, que desconocen si su actual forma de vida va por el camino del éxito o de la derrota; que han acumulado molestia, coraje y no encuentran explicación que los tranquilice; jóvenes y mujeres desesperados, cansados porque no entienden o no ven cómo salir adelante, o bien darle la vuelta de lo que está pasando, y la gente que aspira a vivir de forma decente, su suerte queda en manos de quienes por lo contrario buscan sacar ventaja de todo.
El pasado proceso electoral, cambió la fisionomía de nuestro México, una gran mayoría buscando una igualdad votó por todo lo que significaba continuidad, o con esquemas establecidos. La suma de votos a quien llegaba al gobierno, superó las propias expectativas de quienes ganaron; hoy están envalentonados y se han adaptado rápidamente a esquemas de poder que cuestionaban. En Morelos existió un río revuelto donde por terminar a quienes fallaron el gobierno por ineficaces o por corrupción, fueron sustituidos por personajes sin escrúpulos.
Pensar en el Morelos que queremos todas y todos de manera individual puede llevarnos a situaciones de más frustración: e forma solitaria nadie va avanzar. Se requiere más que nunca la organización de los ciudadanos.
El combustible retórico de quienes ganaron las elecciones en Morelos condenando la corrupción,- aún siendo corruptos-, es la dupla Sanz-Cuauhtémoc Blanco. No han tenido dudas en seguir con un discurso que contrasta, que destruye, prometiendo venganzas, no construyendo, despreciando la política. Si con tolerancia y un espacio de entendimiento quienes en forma ciega lo ven como ídolo de fútbol y revisan su actuación, darán cuenta que ha sido criticando los errores de otros y no mejorando su actuación como ha avanzado; pierden el tiempo en esa parte de muchas formas. Siguen con un discurso que lamenta y desprecia lo hecho por otros gobiernos, disfrutando de sus logros sin presentar soluciones; se enfocan en lo negativo de todo y disfrutan de criticar, descalificar, y en ningún momento dan alternativas, solo promesas. Ahora Blanco pierde el tiempo en una gira (y con recursos del gobierno), para dar las gracias de que lo apoyaron, finalmente para conocer el estado, y disfrutar de él.
Cuauhtémoc pudo tener la generosidad de hacer esta gira con recursos propios durante los meses de julio, agosto, pero lo entendemos, nada le ha costado desde que llegó contratado a Morelos, todo se le ha dado, finalmente esa es la democracia.
¿Cuánto estamos los morelenses dispuestos a seguir viendo de un espectáculo diario de dos actores que manipulan todo lo que hacen?, ¿cuánto estamos dispuestos a padecer si desde ahora, -más allá de la complacencia-, nos decidimos a acotar y señalar lo que esté mal, y siempre con la generosidad de estar dispuestos a apoyar lo que convenga al estado?
Como morelense he vivido en el gobierno y he transitado en la oposición. Creo en la política de la decencia, en la que decide grandes momentos y de forma constructiva, pero también reconozco la mala política que se ha hecho por muchos y que la han desprestigiado.
Sin organización, los ciudadanos que no estamos de acuerdo con lo que está pasando, seremos frágiles con el riesgo de ser arrollados por la intolerancia, básicamente del Todopoderoso español Sanz que ha visto recuperar económicamente su vida en Morelos en los últimos años, y que sin duda, con lo que acumuló con todos los negocios que hizo en el Ayuntamiento de Cuernavaca, tendrá su vejez garantizada.
Vamos a trabajar de forma ordenada, dándole sentido a lo que decimos y denunciamos; nuestra fortaleza es lo que sí conocemos, lo que sí sabemos hacer, en lo que hemos hecho, y en los resultados que hemos mostrado; queremos que le vaya bien a Morelos. Vivimos en una sociedad cansada de ser burlada. No se busca ningún tipo de espacio político ni laboral, queremos que en Morelos se hagan bien las cosas, desde la trinchera de la oposición constructiva, trabajando y actuando, haciendo buena política con la claridad de que no hay verdades únicas, ni luchas finales, pero reconocer que desde cualquier espacio, se puede seguir haciendo política y participando.
Si le va bien a Morelos, todas y todos triunfamos.