![](https://morelos.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/02/d4ab3274-f933-46ee-b85d-987614fe4af0-107x70.jpeg)
Pagará Ayuntamiento de Jiutepec deuda por 11 mdp al SAT
ZONA SUR, MOR., A 02 DE NOVIEMBRE DE 2018.- En el panteón donde yacen los restos del guerrillero y revolucionario Rubén Jaramillo en Tlaquiltenango, estaba Silvia Barba Herrera, una mujer de avanzada edad que recordó lo que sus padres le enseñaron en vida: “No me lleves flores, no me llores, no me pongas música, déjame partir.”
Este viernes, día de los santos difuntos, los panteones de la zona sur de Morelos estuvieron muy visitados, no sólo por familiares que viven en Tlaquiltenango, Jojutla o Zacatepec, sino por personas que también vinieron de otros estados o municipios a visitar a sus muertos.
Silvia Barba Herrera visitaba a sus papás y a su hija, a la cual perdió hace dos años, “me la mataron y hoy me dejó a este niña que ven aquí (una pequeña de 4 años)”. A doña Silvia le quitaron la calma y hoy asegura que antes “salía al campo a buscar mis flores, hoy este día ya no lo hago porque me pueden quitar mi dinero y la vida sin haber necesidad”.
En Zacatepec y Jojutla, cientos de personas visitaron los panteones municipales, que al mismo tiempo fueron custodiados por el helicóptero de la Comisión Estatal de Seguridad que se echó su vuelta a la zona sur y sobre voló por unos minutos para observar que todo estuviera en orden.
Mezcal, cervezas, flores coloridas, tacos, carnitas, pozole, aguas frescas, olor a copal, lágrimas y risas, anécdotas, niños y mujeres echando agua y poniendo flores; muchas personas enfermas, en silla de ruedas, y señoras de la tercera edad, estuvieron presentes en este día de muertos.
Finalmente doña Silvia reiteró que su papá le enseñó a que cuando quisieran darle serenata con mariachi, se lo dieran en vida, porque “ya muertos ya no, ya no los oye, ya no los disfruta”, y además agregó “no me lleves al panteón 100 pesos de flores cada ocho días, dame 20 o 30 pesos en vida para que me los pueda comer, pero sólo pido que el 2 de noviembre no falte mi luz y mis flores, aunque no me visites en todo el año”.
Pese al dolor de la partida de su hija de 22 años de edad, Silvia Barba se dijo sentirse “fuerte porque mi padre me enseñó que somos prestados, porque tarde o temprano nos tenemos que retirar.”