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Soy Gobernadora de territorio, no de escritorio: Margarita
CUERNAVACA, Mor., 24 de agosto 2018.- No solo en el poder ejecutivo, también en el legislativo la entrega-recepción de gobierno vive días complicados, parece entrampada. La transición en Morelos se ha dificultado más de lo que la lógica política hubiera augurado.
Del lado del gobierno saliente de Graco Ramírez se manifiesta disposición en sus argumentos basados en las leyes actuales. Del equipo de Cuauhtémoc Blanco exigen mayor transparencia y documentación.
Hay un ultimátum de parte de quienes llegarán al poder el primero de octubre. Las 48 horas fijadas para que se cumplan sus condiciones, están por vencer.
Cierto que la ley no obliga a un encuentro de mandatarios saliente y entrante, pero es increíble como la falta de civilidad política ha hecho falta y siguen los ataques y descalificaciones como si no se hubieran terminado las campañas proselitistas.
Se puede criticar a ambos, porque la realidad es que el escenario para Morelos visualiza barruntos sociales y políticos. Ninguna de las dos partes puede ni debe jurarse en salud, echándole la culpa al otro.
En el poder legislativo las cosas no andan mejor. Hay por lo menos tres facciones o grupos de diputados, que se pelean las posiciones de poder, y a una semana de asumir el cargo, no tienen liderazgos firmes y mucho menos agenda.
De los diputados salientes, ya se ha dicho mucho. La banca política es lo que le espera a la mayoría de ellos.