
Congruencia y coherencia política
Cuernavaca, Mor; jueves 22 de febrero de 2018.- Si usted es un consumidor promedio de la información que difunden los medios de comunicación, estoy casi seguro de que en fechas recientes ha escuchado, leído o por lo menos visto el término “fake news”. Posiblemente no haya reparado en su significado, pero en un ejercicio simplista de traducción se refiere a las noticias falsas.
Con la irrupción del Internet y su uso masificado en múltiples actividades de la vida cotidiana de la población, muchos de los asuntos de nuestro día a día se han hecho más cómodos, sencillos y simples, por mencionar un caso: comunicarnos; ahí tenemos las redes sociales, plataformas pensadas para que personas de carne y hueso interactúen e intercambien ideas en mundos digitales.
Desafortunadamente ante el creciente número de posibilidades que ofrece el Internet, también se han multiplicado los riesgos y precisamente uno de ellos son las noticias falsas. Quién de nosotros no se ha enganchado con información que parece fidedigna, que cumple medianamente con estándares periodísticos, pero que a la mera hora descubrimos o nos hacen ver que es contraria a la verdad o a la realidad.
En medio del contexto electoral que vive el país (el próximo uno de julio estarán en disputa aproximadamente tres mil 400 cargos de elección popular), se hace imprescindible un llamado a las empresas periodísticas (dueños, directores, editores, columnistas, articulistas, reporteros, entre muchos otros) para que no caigan en las manos de las noticias falsas.
Como algunos analistas políticos coincido que la verdadera batalla para convencer al electorado no estará en las calles, el tablero serán las redes sociales y aquellos equipos de campaña que entiendan a las audiencias y canalicen el sentir social de los usuarios estarán del otro lado; por desgracia para alcanzar el objetivo se echará mano, en mayor o menor medida, de las noticias falsas que menoscaben al o los opositores.
Es ahí donde los medios de comunicación tienen que fungir como contrapeso de los emisores de fake news. Sin lugar a dudas el dilema será grande, ya que por una parte las noticias falsas pueden ser generadoras de tráfico de usuarios a los sitios de Internet, lo que permite convertir (monetizar) esas visitas, pero considero que es de más valía para los medios contar con una reputación confiable.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer el pasado martes 20 de febrero que aproximadamente 71 millones de personas, mujeres y hombres mayores de seis años, fueron usuarios de Internet durante 2017 en México. El principal uso que le dieron los mexicanos al Internet fue “para obtener información”.
Bajo esa tesitura se extiende el llamado a los medios de comunicación para que en sus versiones nativas y las digitales continúen primando la verdad como cualidad principal de la información. En 25 países se observa un fenómeno interesante, de acuerdo a un sondeo hecho entre 14 mil 440 personas, la brecha entre la confianza que inspira el periodismo tradicional en relación con el que se hace en plataformas es cada vez más grande.
No promovamos, ni repitamos las fake news.
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