![](https://morelos.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/02/IMG_5861-107x70.jpeg)
Cuauhtémoc marca la ruta
El modelo electoral y los comicios anticipados en Venezuela
Si partimos de que la incertidumbre en torno al resultado de las elecciones derivado de una competencia equitativa es el principio institucional de la democracia, en la Venezuela del chavismo esta premisa no se cumple, y no por la falta de profesionalización del órgano electoral, sino porque este es un país considerado como una semi democracia. De acuerdo con la Constitución, no es un régimen político representativo, sino participativo, en el que abundan los referendos y otras consultas.
Las semi democracias o autoritarismos electorales combinan agenda electoral con restricciones que imposibilitan elecciones justas.
No se puede hablar de un organismo electoral imparcial, por tanto, hay que medirlo con otros referentes.
El organismo electoral venezolano, después de 2007, efectivamente no ha reducido la incertidumbre poselectoral, y más aún: es imposible conocer a detalle los resultados de una reforma constitucional chavista que fue derrotada. El solo hecho de que la institución electoral no brinde resultados claros en un contexto de polarización política y por las características de su régimen hablan de su funcionamiento, sobre todo porque al no conocer el grado de no aceptación a la iniciativa de Chávez, dejó a éste un amplio margen de maniobra para presumir aún respaldo y legitimidad. No especificar los resultados daba pie a una nueva consulta.
El Consejo Nacional Electoral cuenta con una eficiente y costosa estructura electoral con infraestructura tecnológica. No obstante, en un régimen eminentemente personalista, las dificultades para la imparcialidad, lo mismo que para un eficaz desempeño, aumentan significativamente, porque el Presidente exige incondicionalidad absoluta a todos los poderes e instituciones públicas.
Así, en tiempos de Chávez, la casi totalidad de las elecciones y consultas organizadas por el CNE otorgaron el triunfo al Presidente.
En 2000, una reforma coloca al frente de la autoridad a ciudadanos no especializados y sin experiencia a cargo del organismo electoral, y por si fuera poco, todos cercanos a Chávez, de ahí los múltiples problemas enfrentados.
Otro de los dilemas es que no se vota propiamente por un gobernante, sino por un proyecto o modelo revolucionario, y en el caso del órgano electoral, es difícil su evolución y consolidación frente a un gobierno autoritario.
¿Cuáles factores hacen que éste modelo no funcione como se propuso en la legislación?
Como ya se ha dicho, el problema no es técnico. En primera instancia, tenemos el hecho de que el órgano electoral opera en un régimen unipersonal y autoritario que exige sumisión de todas las instituciones. Por otra parte, en aras de la pretendida autonomía y credibilidad, se nombró como sus integrantes a personas sin la mínima experiencia electoral y todos cercanos al chavismo. En posteriores procesos electorales incluso, lejos de erigirse en árbitro, tomó decisiones al gusto del mandatario convertido en contralor, sacando de la contienda a muchos candidatos.
Son numerosos los elementos tanto de gobierno, como de poder, de integración y legales que impiden operar al órgano electoral venezolano con eficacia y autonomía.
Director Editorial: www.escenariopolitico.mx
@Danieldao1
@EPPOLITOLOGO