¿Qué México queremos?
Por: Jorge Meade Ocaranza. @Jorge_Meade
El inicio de las campañas y la construcción de las coaliciones ha marcado claramente el estilo, la personalidad, la formación, la ética y los principios de cada uno de los precandidatos participantes.
1.- En el Partido Acción Nacional el método que se fue construyendo tuvo el resultado que se había pronosticado por analistas y señalado por los propios militantes de ese partido; la polarización que generó dentro de su organización política Ricardo Anaya a través de distintas formas y por encima de cualquier reconocimiento a trayectorias, propuestas y fortalezas de otros aspirantes, avasalló a todos para finalmente hacer valer su estilo autoritario quedando sólo en el camino.
Los partidos convocados a esa coalición nada pudieron hacer para ser tomados en cuenta y menos aún sus propuestas y voces fueron escuchadas.
2.- La candidatura de López Obrador no tuvo sorpresas, se simplifica a la visión e imposición de un solo personaje, sin ningún debate interno, se redujo a una sola visión que no toma en cuenta ni considera otras razones, motivos o condiciones, rehuyendo a cualquier debate de ideas y aflorando de forma inmediata el autoritarismo arraigado con el que se conduce, con el riesgo de que a cualquiera que quiera desmentir sus afirmaciones tenga como respuesta de manera simultánea una ofensa, una burla y una descalificación.
3.- Los escenarios en que ambas coaliciones se construyeron no pueden ser más engañosos y simplistas, responden a una estrategia política bien calculada de quienes querían ser candidatos, el propósito de Anaya y de López era muy definido; ser candidatos a costa del enfrentamiento y el conflicto sin ninguna flexibilidad fuera hombre o mujer, incluso dejaron marcados a muchos jóvenes idealistas, dividieron sus partidos dejando de lado propuestas y sólidos proyectos.
En suma construyeron sus candidaturas proyectando su personalidad y modo de ver las cosas planteando que el éxito de sus coaliciones y buenos resultados solo podrían ser alcanzados a través de ellos, su método en lo interno para lograr su objetivo fue claro, desgastar a sus adversarios hasta agotarlos y aniquilarlos. Las ilusiones de quienes aspiraban a ganar algún espacio en esas coaliciones fueron socavadas con los engaños y las mentiras.
4.- En el PRI como lo hemos señalado, el liderazgo del presidente de la república Enrique Peña Nieto en su calidad de un destacado miembro del partido, construyó consensó, convocó, dialogó con una estructura territorial de organizaciones integrantes del partido y ciudadanas a lo largo y ancho del territorio nacional para ir generando sumas, incluso recurrió a un espacio de miles de militantes y simpatizantes del PRI a través de una asamblea nacional para la revisión de sus estatutos para generar espacios de participación a militantes y ciudadanos identificados con el partido.
El PRI se condujo en lo interno como debe hacerlo un partido histórico, el más longevo del mundo nacido en el poder, que lo ha ganado, que lo ha perdido y lo ha recuperado, y que ha aprendido que más que importarle los señalamientos y opiniones de sus adversarios para definir sus procedimientos internos de selección de candidaturas debe ocuparse de lo que sus militantes y simpatizantes piensan y coinciden y lo que dé mejores resultados a la organización hoy con más experiencia en la operación política.
La capacidad de liderazgo y la lealtad e institucionalidad de hombres y mujeres priistas que aspiraban a la candidatura a la presidencia pasaron la prueba con su actitud y forma de conducirse en el proceso.
José Antonio Meade desde su renuncia de su responsabilidad pública y su anuncio de que buscaría la candidatura del PRI para contender para presidente de México mostró su preparación, solidez, conocimiento y claridad para enfrentar el gran reto de lo que significa poder gobernar México, su agenda es muy clara la va mostrando con precisión, ha sido muy concreto su mensaje e invitación a mujeres y jóvenes poniéndolos en el centro de sus propuestas.
El inicio de su precampaña en una de las regiones que dan mayor identidad y con una enorme necesidad, donde aún persiste un importante rezago de sus comunidades como lo es Chiapas, marca su sensibilidad y compromiso social.
En resumen sus primeros mensajes han mostrado lo que será parte de sus propuestas, producto de su formación de un pensamiento estratégico con realismo para ir mostrando su conocimiento de lo que es nuestro país y de lo que requiere, con una agenda, temas y tareas muy definidos con un catálogo de acciones que van orientadas a atender lo económico, los social, lo político, lo cultural, lo moral. Su traslado en vuelos comerciales, acompañado de su esposa Juana marcan la sencillez y amor a su familia.
José Antonio Meade señala que quiere debatir con seriedad de forma comprometida, dando certidumbre y que tiene muy definido como construir una opción viable para lograr el desarrollo de México como una potencia mundial y con justicia social para iniciar una nueva etapa en la vida democrática de México.