PRI; unidad y participación.
Por: Jorge Meade Ocaranza. @Jorge_Meade
El proceso electoral del 2018 donde habrá de renovarse el poder ejecutivo federal, el congreso de la unión, gubernaturas, congresos locales y presidencias municipales será una de las elecciones más vigiladas y competidas, se pronostica por algunos, inmersa en escándalos políticos, guerra sucia y derroche de recursos, en dónde estará en evidencia para algunos, el papel de los partidos políticos y el desarrollo de las campañas; también señalar que se conocerá la creatividad, la innovación y originalidad a través de diferentes estrategias de consultores dedicados a conducir campañas electorales y la comunicación política.
Las campañas electorales estarán profundamente marcadas por los medios de comunicación, redes sociales y por el manejo de quienes sean candidatas o candidatos de cómo conectarse con las masas. Será esta una de las elecciones más mediáticas de la historia política moderna de México.
La trayectoria de candidatas y candidatos tendrá la oportunidad de ser narrada, documentada y se tomaran en cuenta todos aquellos aspectos de la calidad de vida de cada uno, que pueda posicionarlo buscando llegar al mayor número de ciudadanos para ganar su simpatía. El uso de las redes sociales y la cantidad de información que puede ser positiva y negativa de cada uno de los participantes en cuanto a sus orígenes, crianza, formación, se sumarán a ir construyendo una imagen aceptable o no.
Las nuevas tecnologías de la información buscarán que cada candidato tenga una imagen favorable a través de diferentes herramientas y generar toda la información que sea necesaria para poner en evidencia el prestigio, honestidad y capacidad de sus adversarios. En este marco de ideas, se sumarán distintos elementos de carácter regional y local que sin duda impactarán la decisión del votante.
Los partidos políticos en esta etapa de selección de su candidato a presidente de la república, quien es el primero que deben definir con apego a la ley electoral y la más importante posición que está en juego, han optado por diferentes estrategias, el PRI conociendo sus defectos, fortalezas y debilidades, es evidente que con el liderazgo del presidente Enrique Peña Nieto ha tenido la capacidad de remontar etapas anteriores que lo llevaron a la confrontación y división interna por la falta de acuerdos y de consensos que como resultado tuvo la pérdida de la presidencia de la república como lo fue en el año 2000 y 2006.
El presidente Enrique Peña Nieto mostró su fortaleza y oficio político para cercano a las diferentes fuerzas políticas, sectores y organizaciones generar un consenso pro positivo para conducir, sin auto flagelaciones y con una convocatoria sustentada en la unidad y conocedor del andamiaje de la vida interna del PRI, sin dar la espalda a procesos de auto critica para contar con su candidato.
Sumado a este escenario un número importante de actores políticos mostraron su lealtad al presidente, al partido y su formación institucional al sumarse a la decisión de unidad que el partido determinó, como es el caso del secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que mostrando su formación política expresó su adhesión a la propuesta que formularan las distintas expresiones al interior del partido.
Este hecho de selección de candidatos que fue el origen de la derrota del PRI en dos ocasiones y que le costó la pérdida de la presidencia de la república, mostró esta vez que los priistas, con la conducción de Enrique Ochoa y Claudia Ruiz Massieu, poseen la enorme capacidad para ubicar la circunstancia política donde la unidad y la institucionalidad son su mayor fortaleza.
Otros partidos durante semanas se ocuparon de observar en el PRI la posibilidad de un conflicto, ruptura, descalificaciones o conductas que lo desgastaran, esto no sucedió, resuelta la precandidatura a presidente de la república el PRI avanzó en lo político con una decisión, donde José Antonio Meade; un político con preparación, vocación política, que ha mostrado ética y principios en su conducción como servidor público, tendrá que ir a la búsqueda de ganar espacios para mantener el poder, contando con el ánimo, el coraje, el orgullo de muchos mexicanos con la inclusión hoy de más jóvenes y mujeres que se sumen a responsabilidades y construyan el proyecto que más conviene a México ante una sociedad cansada de enfrentamientos, de conflictos, de disputas, donde el PRI tiene las propuestas, los acuerdos y el conocimiento de las más altas aspiraciones del país que todos queremos.
El PRI llegará a este proceso, además del 50% de mujeres en sus futuras candidaturas, con una de cada tres para hombres y mujeres menores de 35 años quienes tendrán la oportunidad de demostrar con acciones y su participación que es un partido preparado, incluyente y en constante evolución.