
La República de la prosperidad compartida
Justicia para las mujeres
@vsamuelpalma
Rafael Leónidas Trujillo fue uno de los dictadores más cruentos de la década de los 60´s del siglo pasado. Su estilo prohijó una forma de autoritarismo exacerbado que con lucidez dibujó Vargas Llosa en su novela “La fiesta del chivo”. El asesinato de las hermanas Patria, Minerva y Teresa Mirabal, como medio para erradicar su activismo político en contra del régimen del dictador Trujillo, fue perpetrado en 1960. El brutal hecho fue tomado como símbolo para denunciar y erradicar la violencia hacia las mujeres, decisión que expresa una gran fuerza, pues exhibe que la agresión hacia las mujeres tiene un profundo contenido político, en tanto se establece como un asunto que alcanza su mayor toxicidad al instalarse en el poder.
Sin lugar a dudas provenimos de una cultura asentada en el predominio del hombre sobre la mujer. Ese hecho se sustenta en una forma de estructuración del poder y de la cultura, al grado que siguen existiendo casos en que la propia mujer considera como algo lógico su sometimiento, y hasta ser sujeta de violencia por parte del hombre.
Los planos se traslapan, por un lado existe un discurso que se planta en las diferencias biológicas y físicas entre los dos sexos, para señalar una división tajante de tareas y funciones entre ambos; una especie de caracterización de papeles que surge de manera natural, lo que se lleva a un plano de ideas (ideología) y de cultura en donde se reiteran los atributos y tareas propias de cada sexo; de ahí se arriba a una forma de estructurar el poder, como algo que asimila el dominio masculino y lo perpetúa.
Por eso, las llamadas acciones afirmativas convertidas en espacios políticos para las mujeres, tienen esa perspectiva encaminada a revertir un dominio que se reproduce a favor del hombre, y romper así el círculo vicioso, la retórica demagógica de que no participan mujeres porque no se han proyectado para esas posiciones, y por tanto no existen quienes puedan hacerlo. En el fondo, no están colocadas en la alternativa de ganar la oportunidad de participar porque no han tenido la posibilidad de hacerlo, y el dominio masculino las limita o restringe en las opciones para competir.
Lo más deleznable ocurre cuando a más de una cultura y una estructura de poder que confina a la mujer a una posición marginal y discriminada, se agrega la violencia física o psicológica, de modo que de la intimidación se pasa a la agresión, al castigo y a la amenaza a fin de mantener a la mujer en una frontera que no se puede, ni se debe rebasar.
De acuerdo a las estadísticas que existen se menciona que en el mundo, 2 de cada 3 mujeres viven sujetas a actos de violencia, y que 1 de cada 3, sufren violencia en el matrimonio. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares del INEGI, 47% de las mujeres son víctimas de violencia por parte de su pareja; 1 de cada 5 sufren violencia en el ámbito laboral. Por otra parte, el registro de feminicidios, coloca a Morelos entre los principales estados con ese tipo de crimen.
En esa perspectiva, sí ponemos el foco en una mujer que quiere destacar y participar en la vida empresarial o política, encontramos que es muy probable cuente con un entorno adverso para cumplir sus anhelos, y que el camino que deba recorrer para llegar ahí esté marcado por el imperativo de lidiar con tratos velados o abiertos de carácter sexual para poder ascender; deberá desarrollar una gran capacidad para convivir con una cultura misógina de sus compañeros, tendrá que ser fuerte para superar resistencias, críticas e insinuaciones. Le será más difícil lograr su propósito, de lo que será para cualquier hombre y, si fuera poco, es posible que en caso de llegar a contraer matrimonio, su pareja no comparta ni acepte sus planes.
Así, las pocas mujeres que pudieron destacar en épocas de endurecimiento hacia el protagonismo femenino, presentan a Morelos durante los ejemplos por su notabilidad, como sucedió con Celia Muñoz Escobar, quien fue diputada en 1968 y cuyo papel y participación tuvo siempre notas destacadas ¿cuántas mujeres como ella no han podido sobresalir por la resistencia que existe a permitirlo? ¿Cuántos talentos como el de ella hemos desperdiciado? Es imperativo lograr justicia para las mujeres.