
Cuauhtémoc
¿Son los gobiernos de coalición la panacea para la gobernabilidad y el desarrollo?
15 de septiembre 2015
El Frente Ciudadano por México conformado por los partidos PRD, PAN y Movimiento Ciudadano presentó una agenda legislativa integrada por 9 puntos nodales rumbo a las elecciones del 2018, entre las que destaca la propuesta de aprobación de la Ley Federal de Gobiernos de Coalición.
Con ésta ley se pretende regular las coaliciones electorales y las coaliciones gubernamentales bajo el argumento de la necesidad de generar gobernabilidad en nuestro país.
Desde 1997, México ha sido considerado como un gobierno dividido, es decir, un gobierno en el cual el titular del Poder Ejecutivo no cuenta con la mayoría absoluta de su partido en el Poder Legislativo, lo que para muchos ha provocado parálisis de reformas, bloqueo y consecuentemente, ingobernabilidad, según lo dicho por distintos analistas.
Comenzando con Ernesto Zedillo, pasando por Vicente Fox, Felipe Calderón y concluyendo con Enrique Peña Nieto, se han tenido que utilizar distintas estrategias de negociación a fin de avanzar en la aprobación de leyes, programas y políticas públicas.
Uno de las estrategias más reconocidas y aplaudidas en los últimos años ha sido, sin duda, el logro del famoso Pacto por México que conquistó la aprobación de reformas archivadas desde hacía muchos años y consensó la agenda de los partidos políticos.
A partir de ese momento, se ha puesto sobre la mesa la necesidad de regular las alianzas entre partidos yendo más allá de un simple acuerdo, se busca que ésta regulación permita la creación de coaliciones electorales y coaliciones gubernamentales para evitar la falta de gobernabilidad y garantizar el avance de las políticas públicas, reformas, creación de leyes, entre otras.
No obstante que las alianzas se han dado de facto desde que existe división partidista, éstas no son una obligatoriedad y por tanto, se deja a decisión exclusiva del titular del Ejecutivo el cumplir o no con los acuerdos pactados con las fuerzas políticas que fueron parte de las alianzas pre elecciones. Es decir, el nombramiento del gabinete es facultad constitucional del Presidente y decide o no si cumple con las negociaciones de incluir a miembros de otros partidos políticos en su equipo.
De ahí que las propuestas que se han realizado, además de la presentada por el Frente Ciudadano por México van en función de garantizar que las alianzas que se hagan para acceder al poder (coaliciones electorales) se cumplan en el nombramiento del gabinete del Ejecutivo y que éste esté conformado por la propuesta del titular del Ejecutivo bajo el consenso de los grupos parlamentarios y que sea derivado de los porcentajes de votos obtenidos en las elecciones, además de ser ratificados por el Poder Legislativo (coaliciones gubernamentales).
Otra propuesta presentada y que ha llamado la atención es la del ex Presidente Nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones quien plantea que el titular del Poder Ejecutivo deberá tener la obligación de suscribir un convenio conjunto, un programa de gobierno y una agenda común legislativa para conformar verdaderas alianzas y no sea solamente un coalición realizada para acceder al poder, así, se garantizaría que los integrantes de las secretarías de Estado se nombraran por acuerdos de partidos y ratificados por el Senado.
Los alcances de ese Gobierno de Coalición llegarían hasta la elaboración de un programa con propósitos específicos, metas cuantificables, indicadores de evaluación y plazos para su ejecución que se plasmarían también en el Plan Nacional de Desarrollo.
Por las características que podrían tener las coaliciones, nos acercamos más a modelos de Gobiernos Parlamentarios Europeos que hasta el momento han sido considerados como sistemas más avanzados por los consensos y avances que han conseguido.
Puede sonar necesario y hasta la panacea el implementar los gobiernos de coalición en México, sin embargo, aún existen opiniones encontradas sobre todo por la rareza de las coaliciones, por ejemplo, la pugna de ideologías entre partidos al tener que aprobar leyes que no serían congruentes con sus “principios”.
Otras opiniones están a favor de éste tipo de acuerdos que permitan unir esfuerzos a fin de construir un rumbo común que avance para atender las necesidades tan cambiantes de la ciudadanía y que por el tema de ideologías no ha podido avanzar.
Para lograr la gobernabilidad en México, entendida como el consenso en la toma de decisiones para el correcto ejercicio del poder, se necesitaría obtener el triunfo en las elecciones presidenciales con un margen de porcentaje de votación de al menos 42%. Considerando que actualmente en México existen 9 partidos políticos nacionales, el candidato que obtenga el triunfo lo tendría con una tercera parte de la votación, lo que seguramente provocaría que no existiera un avance necesario para aprobar las leyes y crear las políticas públicas necesarias debido a la fragmentación del voto.
Independientemente de las razones que hayan motivado la creación de los llamados “frentes” o “alianzas” entre partidos, muchos analistas han reconocido que será necesario replantear la forma de gobierno que nos ha regido y si éste sistema presidencial ha logrado un avance real.
La muestra más palpable donde se vio avance en las reformas fue el Pacto por México, sin embargo, al no existir un mecanismo de regulación de éstos acuerdos, los partidos políticos tienden a romper nuevamente sus vínculos y generar parálisis.
La posible aprobación de la Ley Nacional de Gobiernos de Coalición, ¿Es la antesala de la desaparición del sistema presidencial en México?, ¿existe la posibilidad de adoptar un modelo parlamentario en México como lo tienen países europeos?, ¿Habría factibilidad para un gobierno parlamentario?, ¿Un gobierno de coalición garantizaría la gobernabilidad y el desarrollo de nuestro país?, ¿es realmente necesario legislar en la materia?, ¿Un Gobierno de Coalición acabaría con el boquete que tenemos en nuestro país en materia de corrupción e impunidad o todos serían cómplices?