Los últimos 25 años México ha vivido una importante época de cambios así como el fortalecimiento de su vida democrática, la alternancia en el poder en los tres ordenes de gobierno es parte del escenario político en esta etapa de nuestro país.
Dese el inicio de este nuevo milenio las actuales generaciones han vivido una dinámica social sin precedentes, el proceso electoral del año 2000 con la pérdida del poder por parte del PRI después de más de 70 años de estar al frente del gobierno de la República, con la derrota de Francisco Labastida y el arribo de Acción Nacional con Vicente Fox, se inicia la alternancia del Poder Ejecutivo en nuestro país.
El proceso de 2006 con la disputa entre el PRD de AMLO y el PAN, pareció en un momento poner en riesgo el relevo de la presidencia, ante la mínima diferencia de votos entre Felipe Calderón y López Obrador con su postura radical de no reconocer los resultados.
La aparición del crimen organizado, su crecimiento y extensión en el territorio nacional, motivado entre otras causas por ser vecinos del país que más consume droga en el mundo, además de compartir con ellos cerca de dos mil kilómetros de frontera, desde Tijuana hasta Matamoros, sumado el ser los principales productores de armas y con una desigualdad de ingresos y de carencias de la población, crearon un escenario que se asemejaba una tormenta perfecta, lo que propició la penetración y expansión del crimen organizado.
Así como en el año 2000 se inicia la alternancia política electoral es también cuando se generan por falta de experiencia en el gobierno y de estrategia las condiciones para que esta se convirtiera en una situación explosiva de cómo resolver el tránsito de drogas entre México y Estados Unidos.
Para el año 2012 el PRI en un trabajo interno de reconstrucción de acuerdos entre sus principales sectores que lo integran y con la postulación como candidato de Enrique Peña, que venía de ser el gobernador del Estado de México, recupera la presidencia de la república.
Así durante los cinco años del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto con el consenso de la mayoría de las fuerzas políticas representadas en el poder legislativo, y con las iniciativas que impulsó, se llevaron a cabo las más importantes reformas estructurales de la época moderna de México en materia educativa, política, hacendaria, energética, entre otras, mismas que las últimas administraciones habían postergado su realización por la ausencia de consensos, de compromiso y la falta de experiencia de gobierno.
La competencia electoral que se ha vivido los últimos 25 años, marca una nueva etapa en cuanto a que cualquier partido político, incluso ahora un ciudadano como candidato independiente, pueden acceder a gobernar un municipio, un estado, las cámaras e incluso arribar al poder Ejecutivo Federal.
Sumado a lo anterior y en un escenario nacional e internacional donde confluyen distintas circunstancias, habrá de llevarse la renovación de la presidencia de la república, de las cámaras de senadores y diputados del poder legislativo federal, así como el relevo de 9 gubernaturas, por solo citar algunos de los procesos electorales nacionales y regionales más importantes.
En lo internacional, el actual gobierno junto con una comisión de empresarios, académicos y funcionarios, se encuentra negociando uno de los tratados más importantes para nuestro país, cuya operación le ha permitido a México un mayor desarrollo económico como lo es el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, en una condición en donde el actual presidente de los Estados Unidos diariamente con declaraciones o mensajes a través de las redes sociales provoca incertidumbre por su postura radical de su supuesto rechazo para que este tratado continúe, sin dejar de mencionar su obstinación por la construcción de un muro entre ambos países y que México lo pague.
En el entorno nacional se percibe por otra parte la participación y activismo político de diferentes sectores que fueron lastimados en sus intereses con las reformas que se llevaron a cabo, apoyando e incentivando a grupos que enrarecen el ambiente político todos los días.
Existiendo por otra parte la creciente ola de desencuentros y lucha por el territorio de los distintos cárteles del crimen organizado que se disputan el liderazgo.
El presidente de la república ante este escenario en ocasiones adverso, convoca en forma permanente para seguir consolidando las instituciones, además de seguir fortaleciendo la participación ciudadana e impulsando su organización, además del reconocimiento de los espacios políticos para las mujeres y los jóvenes, generando también condiciones para el debate de ideas y propuestas para pasar de la sola descalificación a una participación que aporte.
Por todo esto, hoy más que nunca involucrar a los ciudadanos resulta inaplazable para que en forma organizada se pueda fortalecer la gobernabilidad y den estabilidad a los próximos procesos con su participación, con sus propuestas y finalmente con su voto en las urnas, hoy los ciudadanos deben tener un mayor activismo y formar parte de las decisiones de la vida pública para poner un alto a quien en la competencia electoral solo la consideran democrática y justa cuando ganan.
El mejor instrumento con que cuenta el país para legitimar los próximos procesos electorales que darán por consecuencia el relevo institucional en diferentes cargos, es la participación activa de los ciudadanos en forma individual y colectiva, para que con su trabajo y presencia den testimonio, certeza y legitimidad ante la nueva realidad que enfrenta el país, en un entorno como se menciona, internacional y nacional complejos, donde quienes quieren continuar preservando privilegios se ven afectados.
Animar la participación con responsabilidad cívica de los hombres, de las mujeres y de los jóvenes en las futuras campañas políticas y posteriormente el día de la jornada electoral para que ejerzan sus derechos, dará fortaleza a México.