
Gestión de desastres naturales
Paso Express – Polémica
@vsamuelpalma
La presencia del Presidente Enrique Peña Nieto, y de diversos invitados entre los que destacó el Gobernador de Morelos, Graco Ramírez, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, así como el Presidente Municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, fue el marco para la inauguración del Paso Express de Cuernavaca, el 5 de abril de 2017. El evento fue ampliamente difundido en medios de comunicación.
A partir del pasado 14 de julio, cuando ocurrió el lamentable fallecimiento de dos personas que estaban en el interior de un vehículo que se precipitó por un hoyanco abierto en plena carretera, se han sucedido reclamos, confrontaciones declaraciones, peritajes, opiniones y comentarios de expertos que demuestran graves inconsistencias en el diseño del Paso Express. Se mencionan anomalías en la supervisión de la obra, y en la solución a los problemas no contemplados en el proyecto original; el asunto llegó a la realización de citatorios para que comparecieran en la Tercera Comisión Permanente del Congreso de la Unión, tanto el Secretario Ruiz Esparza, como el Gobernador Graco Ramírez.
Llama la atención las declaraciones del Gobernador morelense en relación a señalar sobre comunicaciones y avisos realizados para advertir sobre las deficiencias y riesgos de las obras, comunicados enviados a la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes y, a su decir, hasta interlocución con el Presidente de la República para mencionar las deficiencias en cuestión.
Sorprende entonces la presencia festiva del titular del Poder Ejecutivo del Estado de Morelos en la inauguración de la obra, participando en mensaje de imágenes de la satisfacción alcanzada por la culminación de la vialidad, puesto que el evento festinó la culminación del proyecto y la puesta en marcha del servicio que había de proporcionar para el tránsito de vehículos, de forma preferente por los carriles confinados, así como por la alternativa de las líneas laterales con posibilidades de acceso e ingreso en diferentes puntos para conectarse con la ciudad de Cuernavaca en áreas distintas de su geografía.
La pregunta obvia es cómo asistir a la inauguración de una obra sobre las que se tienen reservas y observaciones, sin que entonces se hiciera una advertencia de los riesgos inherentes a la misma. Los contactos previos para programar el evento a efecto de coordinar la logística correspondiente, sin duda fue ocasión privilegiada para retrasar el acto inaugural a propósito de los riesgos y peligros de los cuales se tenía conocimiento. Si existía convicción sobre los errores y deficiencias en cuestión, ¿a qué se debe no haberlos mencionado en un comunicado o en la interlocución que se tuvo con las autoridades federales en el evento inaugural, y más importante, en un señalamiento ante la opinión pública?
Todo parece indicar que para el Gobernador Graco fue más atractivo participar y convalidar con su presencia un evento inaugural, en vez de señalar y denunciar los problemas que se podrían vivir con tal carretera. Las explicaciones a todo lo pasado no parecen convincentes, e incluso generan mayores preocupaciones puesto que la hipótesis para el Gobernador es que decidió no hablar de las circunstancias y anomalías de la obra, cuando se dio la inauguración de la misma, prefiriendo u optando por celebrar el inicio de su operación.
De ser así hay un serio cuestionamiento por grave omisión, pues sabiendo de las eventuales implicaciones negativas del Paso Express, se tomó la decisión de convalidar su inauguración en vez de públicamente advertir los riesgos de la misma. Ahora sí, una vez que ocurrió el lamentable accidente, con estruendo y desparpajo se dice que ya se había avisado sobre sus inconsistencias. Ello sugiere que teniendo una convicción sobre problemas sobresalientes de carácter técnico en la realización de la obra, se prefirió consentir su inauguración antes que advertir sobre sus riesgos. Si lo hubiera hecho, el Gobernador de Morelos, sería destacado por su valor y alta responsabilidad; haberlo omitido, evidencia por lo contrario a tales atributos.