Modificar prácticas políticas que en otros tiempos fueron eficaces, significó una agenda que se atendió en la pasada asamblea nacional del partido, acabar con privilegios de quienes sin un verdadero esfuerzo asumen espacios de conducción política legislativa y asumir el reto de una nueva realidad nacional para poner a tiempo a la organización política más antigua del mundo, como lo es PRI, el partido avanzó en reformas a sus estatutos que modificó las reglas del juego, sumará y abrirá espacios a más jóvenes y mujeres a sus candidaturas; desde la catorceava asamblea nacional, Luis Donaldo Colosio Murrieta, convocaba a construir más ciudadanía, a un partido capaz de atraer a nuevos electores, creando en ese momento las organizaciones adherentes que atendían causas ciudadanas, quienes las conformaban, en un escenario cada vez más plural de nuestro país, para hacer del PRI un partido con mejores prácticas y poder participar para ganar el apoyo ciudadano.
La base priista entendió la necesidad de llevar a cabo reformas oportunas, ningún candidato dentro del PRI puede ganar una elección sin el apoyo de la militancia, y la militancia priista al postular candidatos para ganar un proceso electoral requiere de más ciudadanía, de ahí la necesidad de transformar al PRI para generar más consensos ciudadanos, priorizar por encima de todo a la militancia comprometida pero a la vez fortalecer con acciones claras su presencia con importantes sectores ciudadanos.
Los últimos años, producto de malas prácticas políticas, escándalos, corrupción e impunidad de unos cuantos y por malos funcionarios que se han enriquecido con negocios públicos, se ha desprestigiado a la política y a los partidos.
Hoy más que nunca las demandas históricas de la población deben seguirse atendiendo, sumado a las nuevas exigencias, esas deben de ser las principales causas de la actividad priista, el priismo nacional trabajando en mesas en distintas entidades federativas, y en su plenaria que presidió el presidente de México, llevo a cabo cambios y reformas que modifican y transforman su posición en la agenda internacional y nacional, hay quienes aseguraban que dicha asamblea seria un fracaso, una oportunidad para la división del partido, pero el balance y sus resultados nos dicen que más allá de los calificativos y señalamientos de nuestros detractores históricos y nuevos, el PRI es un partido vigente y se prepara, como dijo el presidente Enrique Peña, para defender lo que se ha construido, el PRI está comprometido a recoger las exigencias de la ciudadanía a la que quiere seguir conduciendo, entender y ser sensible a las demandas, exigencias, sueños y esperanzas de hombres y mujeres que aspiran a gobiernos eficaces, honrados, con experiencia, capacidad, exitosos en su conducción y que reivindiquen con sus actos de gobierno a los miles de mexicanos de diferentes generaciones que han depositado su confianza en el.
Se fijaron grandes retos, un partido que deje atrás anacronismos políticos, que los intereses que los muevan, sean las demandas sociales que atender y no los de grupo, un partido atractivo para hombres, mujeres y jóvenes, que sea espacio de expresión y debate de los diferentes sectores sociales, que deseche la política burocrática y los dogmatismos.
La 22 asamblea del PRI, tuvo reformas de largo alcance, la militancia priista demandó gobiernos, responsables, honestos y eficaces, exigió que se les castigue a los funcionarios, cuando su conducción y toma de decisiones se aparte de la ley, la militancia exigió fortalecer la tolerancia, el diálogo y el respeto a las distintas posturas, el PRI después de la Asamblea Nacional es un partido más unido, más fuerte, que se prepara para competir en una contienda democrática, en forma organizada y activa.
Un partido donde el presidente de la República asume el liderazgo de conducir el proceso político para la toma de las más altas decisiones, sin que nada lo acote, Enrique Peña Nieto, es el militante que gano la elección presidencial en 2012, que regresó al PRI al poder después de un periodo de 12 años en el que aprendimos los priistas que divididos no ganamos, Enrique Peña Nieto, asumió la presidencia de México para gobernar y no solamente administrar, concretó las grandes reformas estructurales que nos darán a las presentes y futuras generaciones viabilidad como nación, aún corriendo costos de imagen personal, ese es su mérito.
Estoy cierto, como ha sido demostrado en muchas ocasiones, de que los consensos y los acuerdos dentro del PRI y en cualquier organización madura, son también un método democrático para definir candidaturas.
El PRI demuestra que no es el partido de si a todo, pero tampoco de no a todo, el PRI demuestra que es un partido abierto al diálogo y que es el partido con más experiencia y mejores propuestas para seguir consolidando las instituciones que creó, sin duda los próximos meses, el presidente de la república, tendrá que ir al encuentro y reencuentro a lo largo y ancho del país, dentro del partido con las diferentes corrientes políticas que lo conforman, sectores y organizaciones para construir una candidatura fuerte.
Soy un convencido, que mediante el diálogo, acuerdos y consensos el presidente sumará a todos, lo que nos dará la fortaleza interna necesaria para seguir transitando como la primera fuerza política en México, las reformas estatutarias y la apertura ciudadana cada quien la puede interpretar como desee, pero para el PRI significó como partido político, fortaleza, ser una organización abierta e incluyente como lo exigen los ciudadanos.
Es momento de sumar el talento, compromiso y principios para no volver a interrumpir la misión histórica que ha hecho el PRI para tener el país que se ha venido construyendo, con importantes conquistas sociales, una nación moderna y competitiva. Son tiempos de unidad en torno al presidente de México como el priista de más alto rango, el PRI, es el partido que cuenta con más hombres y mujeres con la solidez, experiencia, capacidad y fortaleza para mantenernos en el poder.