Unidad y lealtad entorno al presidente de México.
A menos de un año de celebrarse el proceso electoral federal que habrá de renovar el Poder Ejecutivo y el Congreso de la Unión, las diferentes fuerzas políticas a partir del 8 de septiembre, fecha donde inicia formalmente este proceso, iniciarán sus trabajos internos de acuerdo a sus estatutos y estrategias que más convengan para llevar a cabo actividades tendientes a seleccionar sus candidatos a la presidencia de la República, a los diputados de los 300 distritos federales electorales y a las 32 fórmulas; 64 candidatos para el Senado.
Sumado a este proceso, se encuentran las candidaturas independientes y la convocatoria a ciudadanos que aún sin militar en un partido político, los partidos los encuentran atractivos para generarse adeptos, unos para mantener su registro, otros para sumar votos y ganar espacios de representación proporcional y otros más ante la falta de cuadros, para poder incorporarse a la competencia.
A últimas fechas, los ciudadanos escuchamos propuestas de alianzas y coaliciones formales e informales, así como planteamientos, unos que causan sorpresa por su audacia y otros más como el entendimiento de algunas fuerzas que intentan generar escenarios, cualesquiera que sean, para participar de alguna forma en este proceso.
Para el PRI después de su retorno de 12 años al recuperar la presidencia de la República con el presidente Enrique Peña, y después de haber ganado la elección del Estado de México; espacio territorial más importante por su número de electores, su potencial económico, su situación geográfica estratégica y la tierra del presidente de la República, toma aliento para ir a una contienda interna y frente a otros partidos donde habrá de asumir la lucha para mantenerse en el poder.
La dirigencia nacional del PRI, Enrique Ochoa y Claudia Ruiz Massieu, previo a este proceso, han convocado a la realización de su XXII Asamblea Nacional, donde la prioridad política será el esfuerzo colectivo para concertar voluntades, conciliar posiciones y lo fundamental; coincidir en objetivos donde se actualicen y fortalezcan sus valores, su declaración de principios y programa de acción, además de adecuar sus estatutos a un escenario cada vez más ciudadano en lo externo sin trastocar la vida política al interior del partido. La exigencia del priismo es poner a tiempo al partido en un momento complejo donde la prioridad es combatir la corrupción y la impunidad, la burocracia y fortalecer su presencia territorial y social.
El reto hoy más que nunca es recoger demandas y aspiraciones de los ciudadanos, integrarlas a la acción política del partido y vincular a la dirigencias, militancias, simpatizantes y en su momento candidatos, con toda la fuerza de sus sectores y organizaciones al trabajo territorial.
Durante la administración del presidente Enrique Peña y su gobierno, se realizaron profundas reformas que paulatinamente ya están mostrando su beneficios, reformas que durante las últimas tres décadas intentaron realizarse, para adecuar al país a la nueva realidad nacional e internacional, en un mundo cada vez más globalizado, competitivo, con enormes transformaciones y desafíos ligados con el desarrollo sustentable, la energía, la lucha contra el hambre y la pobreza, y la sobre población entre otros. En lo interno en los próximos años daremos cuenta como estas reformas y distintas medidas tomadas por el actual gobierno, seguirán dando al país estabilidad política y fortaleciendo su desarrollo social, sumado al compromiso del ejecutivo federal de fortalecer las libertades políticas y la vida democrática del país, donde como muestra está, el empoderamiento de las mujeres político y social, una mayor cobertura en la protección y seguridad social a los adultos mayores y a los grupos vulnerables, que se está dando en los hechos.
La democracia interna del PRI debe fortalecer al partido, identificar a quienes aspiren a representarlo en distintos cargos, por su trabajo, honestidad, capacidad, conocimiento, trayectoria, experiencia y su desempeño en la función pública, el PRI en los últimos procesos electorales y ante la enorme competencia política debe aprender de sus desaciertos y trabajar para corregirlos, los próximos meses, el partido con el liderazgo del presidente de la República, debe ir en una clara recuperación política electoral, pero ante todo conservar la unidad y lealtad a la institución presidencial y al priismo nacional.