
Gestión de desastres naturales
Hemos podido constatar que los ciudadanos participan con un ferviente compromiso ya sea con la institución electoral, con su partido o candidato para vigilar los procesos y en cada casilla contar los votos, actividad que realizan en forma organizada, actuando como ciudadanos de buena fe, lo que podemos exigir para ellos es respeto por su trabajo y su convicción de cuando lo hacen.
Poner en duda en forma permanente los resultados electorales a nadie beneficia convocar a la ruptura por que no se gana una elección solo enrarece, lastima y aleja a los ciudadanos de su participación.
Olvidamos muchas veces que los ciudadanos son los principales protagonistas de cada proceso electoral y miles de hombres y mujeres han sido capacitados por las instancias electorales para participar con honorabilidad y probidad. Muchos de ellos también lo hacen con plena identificación con un partido o un candidato y acuden a cada casilla a cuidar para ellos la elección y contar los votos con convicción democrática. Partidos y candidato tienen derechos y obligaciones hay reglas claras y todos tenemos que sujetarnos a estas, fortalecer las instituciones electorales debe ser compromiso de todos.
La ciudadanizacion de la autoridad electoral forma parte del camino democrático que hemos ido perfeccionando en cada proceso electoral, en México y en el mundo se viven actualmente jornadas electorales sin procedente con una intensa competencia, donde todos los partidos y candidatos tienen los mismos derechos y oportunidades sin distingos, como lo marca la ley.
Los órganos y leyes electorales con los que hoy contamos los han construido con sus propuestas los partidos y las organizaciones. Los procesos electorales exigen de los que participan estar a la altura del México de hoy, de nuestra historia, de una conciencia crítica y de una exigencia social sin precedentes.
La guerra mediática debe tener un principio y un fin en cada proceso electoral, continuarla como camino propagandístico para solo ganar notoriedad ante una sociedad más y mejor informada poco a poco se va haciendo anacrónico y obsoleto.
A partir del año 2000 cada proceso electoral a sido un reflejo de los cambios que vive el país con condiciones políticas distintas y con una sociedad que exige se resuelvan sus problemas, una ciudadanía que se ha empoderado y que ha adquirido nuevas capacidades.
Mantener el poder por los partidos en los espacios y territorios que gobiernan es una aspiración legítima, el reto es hacerlo por la vía democrática y respetando el arbitraje, las leyes y normas que los ciudadanos, los partidos y los legisladores han construido, el reclamo y descalificación sin pruebas y sin argumentos, solo con supuestos y análisis simplistas, es no querer asumir con madurez lo que los ciudadanos decidieron en las urnas.
Los Mexicanos en cada proceso electoral con plena libertad fortalecen y dan legitimidad con su participación cada resultado electoral, corresponde a los que participan, candidatos y partidos ser consecuentes con los hechos y con los resultados.
Querer mantener privilegios por la vía de la presión mediática con la descalificación y el escándalo sin argumentos, se ha convertido en una vieja práctica política que en algún tiempo para algunos fue eficaz pero que la fortaleza de la participación ciudadana en cada casilla ha venido a dar mayor legalidad, generando que esas prácticas ya no funcionen . Ser respetuosos y asumir resultados, sin dejar de renunciar a las impugnaciones a las que con razón y con pruebas se tiene derecho, fortalece la participación ciudadana y las instituciones.
La exigencia es que quienes participen en una contienda electoral actúen con seriedad y responsabilidad y con la convicción de fortalecer la vida democrática de nuestro país más allá de que si el proceso electoral los haya favorecido o no en las urnas.