Comentario a tiempo/Teodoro Rentería

Estos últimos días han sido de luto para las letras, el periodismo y la comunicación en general. La desaparición física de las amigas y de los amigos o de las figuras en el ámbito que decidimos navegar, nos duele y nos conduele no obstante que hayan dejado huella en su caminar de vida.

Emprendieron el viaje al éter eterno las periodistas, Tere Aguilar, Sally de Perete y Ana Winocur; el afamado escritor y novelista, Juan Goytisolo y el colega, Armando González Treviño.

A Tere Aguilar, que algún tiempo estuvo casada con el pintor de apellido Lomán, por lo que adoptó su apellido, la conocí por su señor padre, don Francisco Hugo Aguilar quien fuera presidente del Consejo de Administración de la antigua Cooperativa Excélsior y miembro distinguido del Club Primera Plana. Mujer menuda en cuanto a su físico, su talento lo rebasó, sobre todo en su interés de divulgar las bellas artes en Morelos y en el Distrito Federal, hoy Ciudad de México. Su dedicación al trabajo la llevó a ocupar las oficinas de Palacio Nacional y la Residencia Oficial de los Pinos de la Dirección de Divulgación Presidencial en el gobierno de José López Portillo.

Una voz de sobra conocida en la radio, la televisión y como maestra de ceremonias, fue la de la amiga Sally de Perete, esposa de Ricardo Perete, que hizo famosa su columna “Corte”, también en Excélsior. Sally siempre vigorosa creo y condujo incontables programas de radio y en el Canal 13. Fundó una organización de comunicadores de Radio y Televisión que integró a la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX.

Muy joven falleció la ex conductora de TV Azteca, Ana Winocur, después de luchar contra una enfermedad devastadora. Dejó huella. No la conocimos, sin embargo recocimos su labor de comunicadora.

José Agustín Goytisolo, uno de los escritores españoles más sobresaliente del Siglo, murió a los 86 años, en la ciudad marroquí de Marraquech, donde encontró refugió en su senectud. Poeta, ensayista y novelista, en su obra refleja su rechazó al fascismo en general y al franquismo en particular. Sufrió persecuciones, catalán de origen, se le conoció como el narrador barcelonés, recibió el Premio de Literatura en Lengua Castellana “Miguel de Cervantes” 2014. Por tal distinción estaba considerado como jurado para el Premio Cervantes 2016 junto con el mexicano Fernando del Paso, ambos se excusaron de asistir por razones de salud. Así me perdí de conocer a ese portento de escritor valiente que su enfrentar al dictador Francisco y su criminal franquismo. Fue, en efecto, “la voz subterránea de la resistencia poética”.

Armando González Treviño, lo describo como lo que fue: un periodista caballero. Lo traté cotidianamente en mis constantes viajes gremiales a Matamoros, Tamaulipas. Firme en sus ideas y en la defensa de sus pares, jamás le conocí un exabrupto. Fue un hombre a carta cabal, su trabajo periodístico en su signo y su herencia.

Cinco personalidades que han emprendido el viaje al eterno éter. Nuestras sinceras condolencias a sus familiares y amigos. In Memóriam.