
Cuauhtémoc
La complejidad en la distribución de los recursos y la riqueza ha existido a lo largo de la historia que ha derivado en conflictos políticos y sociales incluso revoluciones, y que en diferentes momentos se plantean formas de cómo resolverlas en una lucha por el desarrollo equitativo y por establecer equilibrios para reducir las desigualdades.
Evitar impulsar cambios y medidas eficaces a tiempo a tenido en ocasiones consecuencias impredecibles donde los gobiernos y los ciudadanos alteran ciclos en la búsqueda de modelos de desarrollo que garanticen la equidad, sin duda, vivimos en un mundo que no es igualitario, en cada país existen la diferencias entre los ciudadanos. La aspiración de tener ciudadanos sanos, que se alimenten mejor, que vivan más tiempo, con mejores niveles de educación y servicios y que puedan acceder a un mínimo de comodidades es el objetivo de los gobiernos democráticos y poder entender las diferencias entre lo que se desea y lo que es posible de cómo se puedan generar mejores condiciones de vida para las miles de personas que viven aún en pobreza.
El gobierno de México ante el reto de la lucha contra la pobreza y la desigualdad, hace 25 años, impulsó la creación de la Secretaria de Desarrollo Social con el objetivo además de conducir y planear la política social de nuestro país, desarrollar programas y estrategias en la búsqueda del bienestar de los mexicanos en situaciones de vulnerabilidad en las distintas regiones del país, combatir la pobreza, la marginación y los rezagos sociales, impulsando el crecimiento económico regional, fuentes de empleo y nuevas fuentes productivas.
El presidente de la República, Enrique Peña, al inicio de su administración reconoció en nuestro país la condición de pobreza extrema en la que vivían millones de mexicanos y la necesidad de implementar una estrategia denominada Cruzada Nacional Contra el Hambre, la cual encaminó diversas tareas atendiendo en una primera etapa a 400 municipios para transitar a una etapa superior en la atención en la lucha contra la pobreza a través de la Estrategia Nacional de Inclusión (ENI) donde se sintetizan con claridad objetivos concretos par fortalecer la eficacia de la política social con alcance en todo el territorio nacional y como una hoja de ruta para todos los gobiernos sin importar colores ni origen partidista.
Si bien es cierto que la SEDESOL surge como respuesta a una época en México de fuertes dificultades económicas en los años 70’s y 80’s con la necesidad de ordenar las políticas públicas y los fondos presupuestales para atender los temas pendientes en materia de igualdad social, los programas sociales se han incrementado con su implementación en distintas etapas y a través de diferentes mecanismos de transferencias monetarias han logrado contener que millones de mexicanos cayeran en una situación de pobreza extrema y hoy cuenten con una red de protección social.
El surgimiento de la SEDESOL provocó un cambio político y social, año con año le han sido asignados mayores presupuestos para atender los rezagos sociales, el punto central de la estrategia nacional de inclusión es como ser coordinados los tres ordenes de gobierno más eficaces en el combate a la pobreza trabajando en alianza con el sector académico, empresarios, organizaciones sociales y empoderando a los ciudadanos en el conocimiento de cómo pueden lograr su incorporación, el propio secretario de la SEDESOL Luis Miranda, dio a conocer la cifras donde la evaluación de diferentes programas sociales han permitido atender y entender la situación de miles de familias que hoy cuentan con servicio médico (seguro popular), seguridad social (pensión universal y seguro de vida para jefas de familia) escuelas, mejoramiento de servicios y de viviendas ( agua, luz, drenaje, techo, pisos) y de alimentación.
También la SEDESOL ha promovido la creación de programas y políticas públicas que han tenido un reconocimiento a nivel internacional por su impacto social y por la participación comprometida de la sociedad como lo son PROSPERA y LICONSA.
Sin duda la ENI permitirá trabajar con mayor disciplina, poder evaluar mejor los resultados de los próximos años, y es el cimiento de una estructura de coordinación de los 3 órdenes de gobierno que busca destinar más recursos para atender a las necesidades básicas de los mexicanos que hoy más lo necesitan.