Opinión/Jorge Meade

La búsqueda de oportunidades de empleo, educación, servicios, salud, entre otros factores, han sido determinantes para entender la diferencia de ingresos y nivel de vida de las diversas regiones de Morelos. El más alto porcentaje de los habitantes se encuentran concentrados en 8 municipios, Cuernavaca, Jiutepec, Temixco, Xochitepec,Tepoztlán Emiliano Zapata,Yautepec, Cuautla, y en las comunidades indígenas con mayor población como Xoxocotla en Puente de Ixtla, Coatetelco en Miacatlán, Cuentepec en Temixco y Tetelcingo en Cuautla, son una muestra de las diferencias en los ingresos con el resto de los municipios del estado, situación que se ha reflejado en su problemática política y social, así encontramos extremos de una reducida población con altos ingresos y el resto muy bajos y en la pobreza. El escenario de desigualdad social de estos municipios son en muchos de los casos las raíces de sus problemas políticos y del por qué la lucha por el poder y las diferentes banderas de liderazgos y organizaciones, que acuden a enarbolar causas, básicamente motivando la insatisfacción social de importantes grupos o comunidades utilizando propuestas simples y pragmáticas en donde intentan generar esperanza e ilusión buscando su promoción y fortalecimiento de proyectos de carácter personal en muchos de los casos. Una muestra de la molestia de la ciudadanía e indiferencia de la población son los cada vez más reducidos márgenes de diferencia entre quienes ganan y pierden en los procesos para obtener el poder público, además de una menor participación, dándose casos de autoridades en la legalidad pero con una escasa legitimidad política. Ganar popularidad por medio de señalamientos, más que propuestas, se ha convertido en una vía de promoción política, el resultado al término de estas luchas aleja más las posibles soluciones al generarse encono y división entre los ciudadanos. Los últimos meses se han desatado campañas de unos y otros actores políticos desde sus organizaciones o responsabilidades gubernamentales, para señalarse y generarse escándalos en cuanto a su forma de actuar y de dar resultados, sin embargo, no se generan propuestas o planteamientos serios para mejorar el ingreso de las familias, incluso se acusan de bloquearse, el resultado es ocupar muchas horas de productividad y de alto costo de un sinnúmero de actores sin que se genere ningún cambio, al contrario, se ahondan las diferencias y desgastan las instituciones que representan y al margen de ellos, existe una ciudadanía organizada, productiva, que está buscando día con día con su trabajo, dar un dinamismo económico al estado. Es momento de hacer un alto y que cada uno se ocupe de atender sus responsabilidades en base a las atribuciones que la ley les mandata, atenderlas y dar soluciones sin victimizarse, fortalecer el diálogo y que el objetivo de todo sea matizar posturas, generar consensos que ayuden más a tener menores dificultades para obtener mayores resultados en beneficio de los ciudadanos.