
Gestión de desastres naturales
¿Por qué se crean los organismos electorales?
Daniel Adame Osorio
Comencemos por la definición de Órganos Electorales ofrecida en la obra de, profesor, Fernando Barrientos del Monte, quien nos refiere que son instituciones dedicadas a la gestión y vigilancia de los procesos electorales, y toman parte también en las controversias electorales y postelectorales que se puedan presentar entre los principales actores de las elecciones (partidos y candidatos).
Ahora bien, de acuerdo a lo planteado por el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), tanto la creación como las constantes reformas en la materia obedecen a esfuerzos orientados al establecimiento de organismos electorales autónomos con un amplio rango de atribuciones y responsabilidades, así como a la mejora de la organización electoral para ofrecer un servicio de mayor calidad y más efectivo, pero que también contribuyan a la libertad, equidad y credibilidad de los actos electorales, especialmente en las democracias en desarrollo.
Para cumplir este cometido, partiendo de la definición de que los organismos electorales son creados para llevar a cabo una o todas las funciones de administración electoral, tienen la responsabilidad de determinar quien califica para votar, recibir y validar las postulaciones de los contendientes en una elección, conducir la votación, contar los votos y consolidar los resultados, de acuerdo con la definición de IDEA.
Complementariamente, Fernando Barrientos del Monte nos refiere que tales labores se realizan de forma unificada –en un sólo órgano– o compartida –con otros órganos, independientes o de otros poderes–.
Se trata de las funciones de administración electoral: actividades relacionadas con la organización de los procesos electorales y específicamente con la recepción y conteo de votos; las funciones de control: relativas a la existencia, organización y actividades de los partidos políticos, así como de asociaciones que tengan injerencia en las elecciones; y funciones de justicia o contencioso electoral.
Como pocas veces desde hace al menos 40 años, hemos dado pasos importantísimos del partido único y las dictaduras militares, a la verdadera competencia en la pluralidad política, lo mismo que la extensión tanto de los derechos políticos y sociales como el funcionamiento del estado de derecho con la democracia, con el voto universal, individual y secreto. En este sentido, el sistema y los organismos electorales cumplen una función toral, porque por una parte cumplen una función política, porque acomoda a través de las urnas los conflictos y desajustes de la sociedad y la función técnica, que provee la ingeniería electoral indispensable para traducir los votos en posiciones de poder.
Los organismos electorales son instituciones que se dedican a la gestión y vigilancia de los procesos comiciales, y toman parte de las controversias, lo mismo que intervienen en los conflictos durante y después de las elecciones, tanto entre los partidos políticos como entre los candidatos.
De ahí que para considerar a un régimen como democrático, entre los criterios más importantes figura que los cuerpos Ejecutivo y legislativo sean elegidos mediante elecciones libres, abiertas y justas.
La responsabilidad de garantizar que así sea recae en los organismos electorales.
No obstante, existen condiciones y criterios indispensables que los órganos electorales deben cumplir para, efectivamente, impactar en la democracia. Entre ellos figuran los de neutralidad, profesionalismo e independencia con respecto del partido político que ostenta el poder para garantizar la imparcialidad cuando con una elección las posibilidades de alternancia esté en juego en una elección.
Para que el órgano electoral impacte en el proceso de democratización, también es indispensable la credibilidad y confianza en él tanto de los partidos políticos que compiten en una contienda, como la de la opinión pública del país, en torno a su neutralidad.
Existen otras condiciones en las que los organismos electorales juegan un papel importante en la consolidación democrática y que algunos consideran como prerrequisitos:
Los países deben contar con una sociedad civil independiente, un consenso sobre los mecanismos de gobernabilidad, constitucionalismo y estado de derecho.
Así, las elecciones siguen siendo un elemento fundamental tanto para establecer gobiernos democráticos, como un requisito necesario para una mayor consolidación democrática.
Pero también influyen de manera importante en aquellos países de incipiente democracia, porque tanto los actores políticos, los partidos y los sectores sociales, particularmente los que controlan el desarrollo económico, empiezan a entender las ventajas de una competencia justa por el poder.
La consolidación democrática a través de los organismos electorales se consigue a lo largo del tiempo con la continua mejora de las reglas del juego, al convertirse incluso eventualmente en guardianes de los principios, valores, objetivos y el cumplimiento de las leyes electorales.