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MÉXICO, DF, 23 de abril de 2015.- Nadie es ajeno al fenómeno. Todos en Kalachi, Kazajistán tienen parientes o amigos a los que “el mal del sueño” atacó de una u otra forma. A veces llega en forma grupal, como en septiembre de 2014, cuando ocho niños se quedaron dormidos en el primer día de clases.
Un documental de la cadena rusa RT relata otros casos inexplicables: 20 personas que “se desmayaron y durmieron durante varios días” y unos “60 aldeanos que se durmieron a la vez en 2013”.
Las investigaciones sobre estos casos involucran ya a diversos científicos y médicos, especialistas en toxicología, expertos en el estudio de virus extraños y eruditos en radiaciones. Y nada. No hay resultado alguno.
“Primero se sienten débiles, se quejan de reacciones lentas y, por fin, se adormecen. Cuando se despiertan, es como si hubieran vivido en otro planeta”, dice el doctor Kabdrashit Almagambetov, que trató el caso de Alexander Pavlyuchenvo en el hospital de Esil, la capital del distrito. El hombre sufrió narcolepsia y luego aseguraba haberse ido de pesca, cuando en realidad estaba en un cementerio.
Se han realizado más de 20 mil análisis, se han estudiado las fuentes de agua, la composición del suelo y la vegetación presente en toda la zona. Cero resultados.
Este es el documental que la cadena rusa RT realizó en 2014:
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