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CUERNAVACA, Mor., 9 de marzo de 2015.- Ana María Bonilla Rodríguez tiene 56 años, vive en la colonia Las Flores de Xochitepec, en Cuernavaca, gracias a los talleres de capacitación para el trabajo del programa Comunidad DIFerente ahora tiene la oportunidad de ayudar en los gastos de su hogar.
Cuenta que ella no sabía de la existencia del programa, pero sus vecinas le contaron y la invitaron a inscribirse, querían ayudarla, primero a salir de la depresión que le dejó la muerte de su hijo, y después a mejorar su situación económica.
“Luego de la muerte de mi hijo me enfoqué a tomar estos cursos que me han servido de mucho porque me ha ayudado primero, a superar mi depresión, después se convirtió en mi forma de obtener un ingreso para ayudar económicamente a mi esposo”, explica Ana María.
Dos veces por semana se reúnen en alguna de las casas de las 12 mujeres que integran el grupo de autoempleo formado para manufacturar huaraches, producto que iniciaron vendiendo entre familiares y amistades, precisa un comunicado.
Su negocio ha crecido, ahora tienen un punto de venta los días sábados y domingos, en el tianguis del municipio de Xochitepec.
En los últimos años, las mujeres en México han ido abarcando los espacios que anteriormente eran ocupados por los hombres. De acuerdo a las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) se han incrementado los hogares que tienen a la cabeza a mujeres, al ser la cuarta parte de los hogares que tienen jefa de familia y en uno de cada tres hogares en donde existe una pareja ambos son los perceptores de ingresos.
Debido a esta situación, las mujeres han buscado fortalecer su preparación y en algunos casos el obtener capacitación que les permita generar recursos económicos para el sustento de sus hogares.
La historia de Remedios Sánchez Gómez, integrante del grupo “Las Flores” de Xochitepec, camina en el mismo sentido. Su esposo, repentinamente, se quedó desempleado y con una familia de tres hijos pronto comenzaron los problemas y las necesidades.
“Yo era ama de casa, no tenía ningún trabajo, sólo me dedicaba a atender a mis tres hijos y esposo, mi tiempo era sólo para mi casa y ellos, pero un día encontré la oportunidad de tomar estos cursos que me han beneficiado; mi marido aún sigue sin trabajo pero yo vendó un par de huaraches y ya tenemos para cubrir los gastos de la semana”, subraya Remedios, quien gracias a la venta de calzado artesanal hoy es la principal fuente de ingresos para su familia.
Tanto Ana María como Remedios cuentan que sus expectativas son crear una fábrica de calzado y generar una fuente de empleo para mujeres de su comunidad, lo que permitirá que todos tengan mejores condiciones de vida.
“Este trabajo de aprendizaje me ha servido mucho, crecemos como seres humanos, como mujer y demostramos a las demás personas que tenemos fuerza de salir adelante; invito a las mujeres que quieran ser independientes para que se unan a estas capacitaciones y proyectar nuevas metas en su vida”, concluye Ana María Bonilla.
En Morelos la cifra de personas que acuden a los diferentes programas de capacitación de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del Inegi, se muestra que, de 10 personas que asisten a estos, siete son mujeres y tres son hombres.