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TURQUÍA, 30 de septiembre del 2014.- El lóbrego estrépito producido por una pieza artillería al caer tiene sus matices sonoros. Primero, un silbido como anuncio. Un segundo de vacío en el pecho y después la explosión. Ayer, al ejército turco le bastó con oír el segundo bombazo sobre su carrascal para movilizar a unos 30 carros blindados que, como una oruga metálica, avanzaron chirriantes hasta desplegarse por toda la frontera con la ciudad kurdo siria de Kobane, informa el periódico El MUNDO.
Colocando la boca de sus cañones oteando a la atribulada Siria, Ankara da un paso más en su intención de tomar partido militar en la ofensiva contra el Estado Islámico (IS, en siglas inglesas). Está previsto que esta semana la Gran Asamblea Nacional renueve el mandato parlamentario anual que permite al Gobierno ordenar poner botas sobre suelo sirio e iraquí. Hoy, en un atípico gesto, el jefe del Estado Mayor, Necdet Özel, se reunirá con el Ejecutivo antes de una cumbre de seguridad auspiciada por el presidente Recep Tayyip Erdogan.
Hasta el primer ministro turco Ahmet Davutoglu, que ha cambiado el discurso, ya se atreve a llamar “antislámicos” al IS. Pero sobre el terreno, más de 300 kurdos llegados de toda Turquía veían las cosas con visceralidad a pesar de los tanques listos para atacar a los yihadistas y del aumento de los arrestos y deportaciones de presuntos radicales, con cifras de las que alardean los turcos.
«¡Turquía! ¡Hipócritas! ¡Infieles!», gritó Nuri. Sus ojos, aunque celestes, vomitaban odio. Más de 70 años de viejo guerrero kurdo venido de la ciudad oriental de Van. Enfundado en un traje de combate idéntico al que lucen los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), dice: “El IS es tan deshonesto como Turquía. Si no fuese así, Turquía no los ayudaría, no los dejaría ir [a través de la frontera] y los armaría. Turquía les da todo lo que necesitan”.
El discurso que reproduce Nuri ha calado hondo entre los kurdos. Tanto que, al circular por la aldea de Egrenci -a cinco kilómetros al este de Mürsitpinar siguiendo la divisoria turca-, EL MUNDO se topa con un puesto de control de militantes kurdos. «Alto. Abrid el maletero». Buscan todo tipo de armas que, creen, están entrando a través de suelo turco para acabar en manos del Estado Islámico.
Más información aquí: http://www.elmundo.es/internacional/2014/09/30/5429bbdaca4741ab628b4591.html