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CIUDAD DE MÉXICO, 22 de agosto del 2014.- Mientras sus compañeros jugaban videojuegos o entraban en pánico por la graduación, un grupo de niños genio priorizaba la innovación médica.
Desde la Ciudad de México hasta Dubai, estos prodigios ganan premios en ferias internacionales de ciencias, desarrollan innovaciones médicas y toman clases avanzadas con la esperanza de salvar vidas.
Aquí están ocho de los jóvenes más impresionantes que trabajan para un mañana más saludable.
Andrew Almazán Anaya, 19 años, Ciudad de México, México
Andrew Almazán Anaya es mejor conocido por volverse un psicólogo calificado a los 16 años, pero en sus ojos, todavía tiene mucho que lograr.
“[Estudié] no solo porque quería aprender más, o porque me gustaba la materia; tengo que hacer que este conocimiento sea útil para el futuro”, dice Almazán Anaya, quien también es médico cirujano.
Es por eso que, durante los últimos cinco años, ha sido parte de un equipo que intenta
Joshua Meier, 18 años, Nueva Jersey, Estados Unidos
Las células madre son valoradas por su capacidad para desarrollarse en células especializadas, y tienen el potencial para tratar la enfermedad de Parkinson, lesiones en la médula espinal y otras condiciones. Pero las células madre artificialmente generadas tienen vidas cortas que limitan su utilidad médica.
Adeeb Alblooshi, 10 años, Dubai, Emiratos Árabes Unidos
Fue un viaje a la playa lo que generó la carrera inventiva de Adeeb Alblooshi. Cuando su padre; quien tenía polio, no podía ir a nadar debido a su pierna ortopédica, Adeeb, quien tenía seis años, creó una alternativa a prueba de agua utilizando un recubrimiento mejorado de cera médica. Poco después, creó un pequeño robot vibrador para ayudar a su madre a limpiar espacios pequeños. No pasó mucho tiempo para que los medios, y subsecuentemente el gobierno de Dubai, llamara a su puerta.
“Aprendí mucho, pero más importantemente, me divierto mientras lo hago”, dice.
Samantha y Michelle Marquez, 18 y 15 años, Virginia, Estados Unidos
Para Samantha y Michelle Marquez, la ciencia es un asunto familiar. Las hijas de un químico y una ingeniera química, las dos siempre fueron alentadas a hacer preguntas y buscar las respuestas.
Un proyecto escolar cuando iba en primero de secundaria llevó a Samantha a crear “celoidosomas”, estructuras tridimensionales a partir de células vivientes, que actúan como un contenedor para otras partículas.
Michelle, por otro lado, decidió explorar elementos que no podía tocarse: música y emociones.
Su investigación analizó la actividad cerebral y encontró que sonidos altamente complejos; o ruido caótico, desencadenaba la parte del cerebro asociada con emociones negativas, mientras que la música de baja complejidad desencadenaba la parte del cerebro asociada con emociones positivas.
Ambas hermanas fueron reconocidas en la prestigiosa Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería Intel (Intel ISEF, por sus siglas en inglés), pero hay poca rivalidad de hermanas en juego.
Sandile Kubheka, 21 años, Newcastle, Sudáfrica
Mientras otros a su edad apenas entraban a la vida universitaria, Sandile Kubheka, quien entonces tenía 20 años, se volvió el médico más joven de Sudáfrica, cuatro años antes de lo esperado.
Desde entonces, Kubheka, quien ahora tiene 21 años, fue honrado con una serie de premios por su trabajo comunitario y logros médicos, y fue nominado con un MTV Africa Music Award por liderazgo.
Tony Hansberry, 20 años, Jacksonville, Florida, Estados Unidos
Tony Hansberry probablemente era el único niño de 14 años que hacía una diferencia en la ginecología. Asistir a la preparatoria con un programa enfocado a la medicina le dio a Hansberry la oportunidad de hacer un internado en el Hospital UF Health Stands en Gainesville, Florida, Estados Unidos. Allí, fue retado a mejorar cómo es suturado el doblez vaginal (la parte superior de la vagina) después de una histerectomía. Normalmente, el doblez es cosido con una puntada horizontal para reducir el riesgo de infección después de la cirugía, pero Hansberry sugirió que una puntada vertical podría ser más rápida.
Cuando demostró su método en un maniquí, pudo suturar el área tres veces más rápido que con el método tradicional. Probó ser mucho más efectivo que el médico supervisor todavía utiliza su método hoy en día, y lo apodó la “Puntada Hansberry”.
Jack Andraka, 17 años, Maryland, Estados Unidos
Jack Andraka tenía 14 años cuando comenzó a desarrollar una prueba fácil de detección temprana para el cáncer pancreático. Para finales del año escolar, tuvo éxito.
La prueba, desarrollada bajo la guía de un profesor de Johns Hopkins, solo tardaba minutos en completarse, y Andraka afirma que es más rápida, barata y sensible que el actual estándar médico.
Fuente: CNN México