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Abelina López, de vendedora de pan a presidenta municipal de Acapulco
México D.F., 21 de agosto de 2014.- Paola Quiñones, hondureña, madre soltera de 21 años, relató anoche a la Primera Dama de Honduras, Ana García, que cuando fue secuestrada el año pasado, en Reynosa, Tamaulipas, se percató que en la casa de seguridad donde estuvo cautiva había decenas de infantes connacionales.
“Mientras yo estuve en Reynosa secuestrada, vi a muchos niños en mi misma situación. La mayoría eran hondureños. Ahora, cuando me meto al internet, veo que muchos niños en esa zona están siendo asesinados”, dice y reflexiona. “¿Qué va a pasar cuando los niños sobrevivientes lleguen a Estados Unidos, y luego los deporten?”
Durante la reunión privada sostenida anoche entre la Primera Dama de Honduras, Ana García, con integrantes de organizaciones de apoyo a migrantes en México, encabezados por el sacerdote Alejandro Solalinde, y la religiosa Leticia Gutiérrez, Paola Quiñones relató a los presentes el motivo por el cual se vio obligada dejar a su bebé al cuidado de sus padres en Tegucigalpa, Honduras y emigrar hacia el norte.
“Mis padres me ayudaban, pero no encontraba trabajo y me dolía estar sólo pidiéndoles y pidiéndoles dinero a ellos, por eso tuve que migrar. Sólo encontraba empleos donde pagaban muy poco”.
Los cuatro días de larga caminata entre Honduras, e Ixtepec, Oaxaca, además de deshidratación, le provocaron llagas en ambos pies. Sin embargo, relató, lo peor no fue eso, sino el constante e irremediable recuerdo de su hijita, y el asalto que sufrió a manos de propias autoridades mexicanas quienes le robaron sus papeles. “Me asaltó la (policía) municipal.
Me robaron mis documentos, y llegué al albergue del Padre Solalinde, ahí me dieron amor, me acogieron como familia, y luego decidí seguir mi camino y luego vino el secuestro”, dice. Recuerda que se enfiló rumbo al nortee país, con miras de llegar a Estados Unidos y vivir el tan irreal sueño americano.
Al llegar a Reynosa, Tamaulipas, miembros del crimen organizado la secuestraron y la ubicaron en una casa donde convivió con varios de sus connacionales (mujeres, niños y algunos hombres). Se enteró que por ella y los demás plagiados, los secuestradores empezaron a solicitar rescate. Después de diez días de pensar que hasta la vida perdería y jamás volvería a ver a su pequeño.
Paola Quiñones y 117 personas más fueron rescatas por miembros de la PGR, en un audaz operativo de rescate. Fueron capturados 26 secuestradores. Durante la reunión privada a la que Quadratín México tuvo acceso, Paola Quiñones, hace una pausa Los recuerdos la conmueven hasta las lágrimas.
Algunos de los defensores mexicanos la abrazaron, en un intento de consolarla. En tanto, la comitiva hondureña, encabezada por Ana García y la vicecanciller Diana Valladares, sólo observaba la escena, sin decir nada.
“Señora, si los niños salen de sus países, si las personas salimos, es por una necesidad, no es porque queramos hacer un tour, este es el calvario más horrible que me ha tocado vivir”, concluía así su intervención.
Después de escuchar el triste relato, la esposa del Presidente de Honduras, lanzó preguntas: “¿Y usted tiene familia en Estados Unidos? ¿Pagó coyote para salir de Honduras?” E inmediatamente después siguieron las palabras del tan cuestionado embajador de Honduras en México por la comunidad migrante, José Mariano Castillo, quien, fuera de lugar, cuestionó: “¿Perdón, pero el padre de su hija quién es; en dónde está?… De ahí para adelante, la Primera Dama refirió, lamentar los hechos.