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Exalcalde de Cuernavaca sale de prisión… para irse a arraigo domiciliario
CUERNAVACA, Mor. 29 de julio de 2014.- La camioneta de Ignacio Aguilar Rodríguez, un industrial de la masa y la tortilla, se vio bañada de balas, cuando infantes de la Armada de México abrieron fuego en su contra, el mismo día en que llevaban a cabo un operativo tras detectar en uno de los departamentos del complejo residencial Altitude, a Arturo Beltrán Leyva, uno de los capos más buscados por México y Estados Unidos.
Según los Marinos, dispararon porque no hizo caso a la orden de que detuviera su marcha y dirigió su camioneta contra ellos, más de 60 impactos de bala calibres .223 y 7.62, dieron en el blanco: el cuerpo del industrial de la masa y la tortilla, tenía 13 heridas por arma de fuego. Su cabeza quedó destrozada.
Pese a que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 72/2010 contra la Secretaría de Marina, tras concluir que sus elementos incurrieron en un uso arbitrario de la fuerza, su esposa Andrea Martínez Jaime, sigue en espera de justicia.
“Todo mudo sabe que los de la Marina son los responsables, pero cuando el Gobierno hace daño, no hay nada que hacer “, afirmó.
Entrevistada en las puertas de la llamada “Casa Morelos”, donde acompañó a los integrantes del Frente de Víctimas de la Delincuencia para exigir justicia en cada uno de sus casos, la mujer explica que por tristeza, decidió cerrar su negocio y enfrentar sola la responsabilidad de su familia.
A cambio, tatuó en su espalda la imagen de su esposo, con sombrero y su nombre en manuscrito, para llenar su vacío.
Ahí, denunció que en su caso “hay poco avance, uno pide justicia y que se limpie su nombre (el de su esposo), pero no ha habido nada. Ninguna autoridad dice nada y el caso está parado”, denuncia.