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TLALTIZAPÁN, Mor., 17 de mayo de 2014.- Un promedio de 300 jornaleros agrícolas que habitan en el albergue número 1, ubicado en el municipio de Tlaltizapán, deploraron el bajo pago que reciben por el corte de caña de 28 pesos por tonelada, asegurando que anteriormente ganaban un poco más.
Provenientes de los estados de Puebla, Guerrero y Oaxaca mencionaron que aun cuando el pago que reciben es mísero, los cortadores de caña deben someterse al trabajo rudo por la necesidad de llevar a sus familias algo de dinero para mantenerlas.
Eugenio García Morales, vecino de Guerrero, señaló que un buen número de cortadores de caña han dejado de venir a la zafra de Zacatepec, Morelos, debido al pago que reciben. Hay otros que prefieren ir a otros estados, como Puebla, donde les pagan un poco más.
Debido a los accidentes que han sufrido algunos menores, los padres optan por no llevar a tantos niños al corte, como en años anteriores, pero tampoco es una medida que les hayan prohibido.
Fabián Rendón Hernández, de Chilapa, Guerrero, describió que el corte de caña lo realizan con machetes y a altas temperaturas en grandes tramos; a veces 100 o 200 metros. Él viaja solo, dejó a su familia en Guerrero y llegó desde hace cinco meses.
“El pago está mal pues pero no hay otro trabajo. Si nos dieran otro trabajo, no vendría uno aquí a trabajar por poquito, ya ve que uno se la busca donde haiga (sic), pues qué comer, pero si no hay aunque sea poco hay que ganar”, manifestó.
El pago disminuye dependiendo de las paradas que haga el área del molino. Dijo desconocer el motivo por el que les estén pagando menos que antes.
Otro jornalero, Joaquín Luna Rivera, nacido en Puebla, quien se dedica a esta labor desde los 17 años, deploró el pago que reciben; sin embargo, dijo que deben hacerlo porque no tienen otra opción.
De las condiciones del albergue de Tlaltizapán, dijo que sí les benefició porque mucha “gente malilla” entraba a robarles sus pocas pertenencias, pero el resto de la infraestructura, como los baños, están deteriorados.
Y aunque hace años operaba una unidad médica dentro del albergue, hoy deben acudir a los centros de salud en caso de requerir atención.
Añadió que en ese inmueble son 18 galeras de 24 cuartos cada uno, la mayoría duerme en el suelo, en petates o colchonetas.
El jornalero aprovechó la oportunidad y llamó al gobierno federal y estatal para que les otorguen apoyos económicos, pues lo poco que ganan no les alcanza para vivir.