Pagará Ayuntamiento de Jiutepec deuda por 11 mdp al SAT
Cedo el espacio a la irritación y la vergüenza al conocer la verdad detrás
del “gran robo del siglo” mexicano.
No voy a hablar de fraudes bancarios, ni de contratos de obra pública
envenenados de inmoralidad. El atraco no está en los barcos de
Oceanografía ni en los rieles torcidos de la Línea Dorada del Metro,
sino en el delito cometido en las escuelas públicas del país.
Los resultados del Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de
Educación Básica y Especial levantado por el INEGI a petición de
la Secretaría de Educación Pública sacan ronchas y dan coraje. Sin
exagerar, estamos hablando de una verdadera tragedia nacional.
Por primera se nos informa que en las escuelas de Gobierno laboran 2
millones 247 mil 279 personas, de las cuales 978 mil 118 son profesores
de grupo; el resto mayor se divide entre autoridades, directores,
administradores y personal de faena.
El número de maestros “comisionados” al servicio de los “sindicatos
magisteriales” suma 30 mil 695; 113 mil 269 profesores comprueban la
existencia del limbo al existir y ser “cobrones” sin estar localizables en
los centros educativos donde deberían prestar servicios.
El censo del INEGI refiere también la cantidad de profesores
“desaparecidos”: 39 mil 222 fantasmas quienes reciben puntualmente
sus quincenas aunque nadie los haya visto nunca… y quienes por
supuesto no dan clases. Los esotéricos pueden creer en fantasmas; los
pragmáticos les llaman “aviadores”.
El último rubro de la vergüenza está integrado por los maestros
jubilados, retirados y hasta fallecidos. Son otros 114 mil 998 registrados
en la nómina del magisterio, quienes reciben salario y prestaciones
completas, estén vivos o muertos.
En total son 298 mil los profesores desconocidos quienes nunca
se presentan a los salones de clase, lo cual explica por qué grupos
de 21 alumnos –como señala la norma educativa internacional–
constantemente se duplican y triplican en detrimento de la calidad
educativa.
Según cálculos de Claudio X. González, presidente de la
organización Mexicanos Primero, los fantasmas, los muertos y los
“aviadores” cuestan entre 20 y 30 mil millones de pesos al año;
desfalco al erario público cinco veces superior al probable fraude de
Oceanografía y el costoso fracaso de la Línea 12… ¡juntos!
El monto del gasto es insultante al contrastarlo con las carencias de
drenaje en la mitad de las escuelas del país; 20 mil que no tienen luz y
otra cantidad semejante carece de baños… y a veces de ventanas.
De este caos han sido responsables los secretarios de Educación
quienes al pagar sueldos irregulares solapan privilegios y corruptelas
magisteriales sin medida, cuando debería fiscalizar el buen uso
del presupuesto educativo nacional para cumplir un derecho
fundamental de niños y jóvenes a una educación de calidad; también
los gobernadores de los estados quienes por desorden y corrupción
suelen desviar dinero de la educación a otros “beneficios” políticos,
incluidas las perversas prebendas de las cúpulas sindicales.
El abuso tiene “siglos” y siglas: CNTE y SNTE son igualmente
responsables, lo cual hace hervir la sangre de los verdaderos maestros
intachables… de vocación heroica.
Finalmente, en cierta medida, todos somos culpables.
…pero insisto: revelar no es resolver.
@JoseCardenas1 | [email protected] | josecardenas.com.mx