Al parecer, la agenda política en Morelos se rige por lo que dice el refrán: “No se puede tener todo”. El gobernador Graco Ramírez se deshace en elogios hacia la “estrategia” que emprendió en contra del narcotráfico en la entidad y, contundente, afirma que éste ya no existe en tierras morelenses. Sin embargo, en la prensa nacional exhibieron a Morelos como el primer lugar en secuestros y los reclamos en redes sociales hacia el ejecutivo local no se hicieron esperar.
Y es que al intentar terminar con el narco en Morelos, el gobernador se concentró en la persecución de algunos grupos y se olvidó de la población, que hoy ya no padece los embates de la delincuencia organizada, sino de la común, que vive del pago de los secuestros en la entidad.
No importa los esfuerzos que se hagan, la población sigue vulnerable y así lo manifiestan todos los días, no encuentran en Morelos un líder político que los pueda representar y sobre todo cuidar, así que decidieron organizarse y hacerse escuchar a base a manifestaciones multitudinarias pese al nulo apoyo gubernamental.
Los reclamos crecen aún más porque la ciudadanía le recuerda a Graco que él prometió acabar con la delincuencia en 18 meses y hoy explica, escuetamente, que “…eso no será posible porque son males que se heredaron desde hace tres administraciones…”. Los morelenses se saben engañados y abandonados y no saben a quién acudir.
El anuncio de que “el narcotráfico ya no existe en Morelos” es una espina más que se clava en el corazón de la población, ya que con mucho temor observan el accionar de los delincuentes sin poder hacer nada por temor a las represalias. El narco sigue existiendo y negarlo no resuelve nada.
Morelos se incendia en las manos del gobernador y éste ya no sabe qué o cómo hacer para darle una salida a todos los problemas que aquejan la entidad y lo único que pueden hacer todos los integrantes del gobierno estatal es desviar la atención con billetes de Lotería conmemorativos del Sitio de Cuautla, Invitación especial a la Feria del Libro del Palacio de Minería, foros de sustentabilidad y medio ambiente, combate al cambio climático, foros de Derechos Humanos, etcétera. Esta frivolidad es la que más lastima a los ciudadanos.
Parece que las prioridades del gobierno estatal y la población no coinciden, y esto trae consigo una estela de ingobernabilidad y la puerta de salida aún no se vislumbra. Diría el gobierno del estado: “No se puede todo”.