CUERNAVACA, Mor, 2 de enero del 2014.- Una mujer dio a luz entre metales helados por la noche y calientes durante el día. Ni la señora ni la bebé tuvieron unos días de convalecencia. Su descanso se dio arriba del tren; el techo de los vagones fue su cama; los rayos del sol y la humedad del clima, su incubadora, de acuerdo a información de El Informador.
La niña, con 25 días de nacida, llegó al albergue Hermanos en el Camino, en Ixtepec. Es la migrante más pequeña que ha iniciado la travesía en busca del “sueño americano”. Así lo cuenta José Alberto Donis Rodríguez, coordinador del lugar, mismo que dirige el padre Alejandro Solalinde. Y le sirve para advertir que cada vez más jóvenes y menores de edad migran desde Centroamérica hacia México y Estados Unidos, como indica el Instituto Nacional de Migración. “Son personas que no vienen acompañadas por familiares; que vienen con un amigo, vecino o alguien que se encontró en el camino y hacen grupos. Vienen solos”.
El INM reporta que hasta septiembre de 2013 seis mil 772 menores de edad fueron devueltos por la autoridad migratoria mexicana; uno de cada seis tenía menos de 11 años de edad. Y se trata del registro más alto en una década en que la cifra no ha hecho sino aumentar: en 2012 hubo cinco mil 966 deportaciones.
La bebé que llegó a Ixtepec tenía a sus hermanos a su lado: uno de tres años de edad, otro de cinco y una de 16. “Están muy expuestos, todas las personas que van viajando enfrentan peligros y pueden sufrir algo en el camino; si son menores, tienen más vulnerabilidad”, dice el coordinador de Hermanos en el Camino.
También Amnistía Internacional México reporta en una investigación que el número de migrantes irregulares en su paso por México aumentó “y los secuestros rutinarios, la violencia sexual, el reclutamiento forzado en grupos del crimen organizado, el tráfico de personas y el asesinato de migrantes continúan sin control. La impunidad de estos graves abusos permanece en la norma”.
Denuncia que el Gobierno Federal no ha tomado hasta ahora ninguna medida para corregir “el fracaso rotundo del gobierno anterior para hacer frente a esta crisis humanitaria”.
Donis Rodríguez confirma nuevas formas de extorsión de parte de grupos criminales que operan en el recorrido del ferrocarril por el país. Menciona que se exigen cuotas y pagos a los migrantes para continuar su viaje por el tren, y en caso de no acceder son empujados de los vagones o son víctimas de secuestros y asesinatos.
• La violencia, una nueva razón para que los jóvenes dejen Centroamérica
El empleo ya no es la única razón para que los migrantes indocumentados lleguen a ciudades como Guadalajara en su paso por México; también salen de sus países de origen, recientemente, por causa de la violencia que sufren sus comunidades.
Jóvenes y menores de edad de Centroamérica huyen del reclutamiento de grupos y bandas y pandillas para buscar una mejor vida en México o Estados Unidos, donde se encuentran, a veces, peores condiciones, informa el coordinador del albergue Hermanos en el Camino en Ixtepec, Oaxaca, Alberto Donis Rodríguez.
“Nos comentan (los migrantes) que están siendo reclutados por los maras, sobre todo en El Salvador y Honduras; son forzados a formar parte del crimen organizado, y al negarse son amenazados o asesinados. Para evitar ser víctimas se van a Estados Unidos”.
Comenta que cada vez más familias salen de sus países de origen. “Una vez llegó aquí una señora soltera de Guatemala, con cuatro hijos y un yerno. Vemos que los padres no dejan a sus hijos en sus países”.
Señala que el objetivo también ha cambiado, ya que se conforman con tener un buen trabajo en México. “El hecho de traérselos a todos significa que no se está pensando en regresar pronto, y antes era tener como destino Estados Unidos y regresar. No es una migración que sale por motivos de trabajo. Es una migración que tiene otras características”.
La violencia contra los migrantes existe y va en aumento, asegura Donis Rodríguez, debido a que la delincuencia ha tomado toda la ruta. “(Los delincuentes) están cobrando derechos de piso o de cuota. Y el que no paga no se sube al tren, y el que se sube será matado, secuestrado o aventado; eso no lo veíamos”.
El coordinador del albergue pide a las autoridades mexicanas, sobre todo federales pero también a las autoridades locales en ciudades de mayor concentración de migrantes —por ejemplo, la Zona Metropolitana de Guadalajara—, que atiendan el asunto, pero lamenta que nada “ha cambiado en esta nueva administración”.
FRASE
“No vemos una luz de salida. No tenemos expectativa de que vaya a mejorar esto, pero debemos estar de frente y no bajar la guardia”.
Alberto Donis Rodríguez, coordinador del albergue Hermanos en el Camino.
• AMNISTÍA INTERNACIONAL
Temas pendientes para combatir las agresiones
Defensores de los derechos de los migrantes han informado a Amnistía Internacional que desde la Presidencia de Enrique Peña Nieto oficiales de la Procuraduría General de la República han dejado de centrarse en los abusos contra los migrantes y han aumentado los obstáculos para acceder a la justicia y protección. La asociación llama a las autoridades a actuar en las siguientes áreas:
Asegurar que las y los defensores de derechos de migrantes reciban una protección efectiva y que todas las amenazas sean adecuadamente investigadas.
Garantizar que las autoridades federales, estatales y municipales reconozcan y apoyen públicamente la labor de los albergues para migrantes.
Poner en práctica medidas para prevenir los abusos contra las personas migrantes, lideradas y coordinadas por el gobierno federal. Estas medidas deberán proteger a las personas migrantes tanto de ataques criminales como de abusos cometidos por funcionarios públicos.
Mejorar la seguridad en las rutas de tránsito de migrantes a través de medidas coordinadas en los tres niveles de gobierno.
Establecer e implementar protocolos de investigación para crímenes cometidos en contra de migrantes, tales como secuestros, extorsiones, detenciones arbitrarias, violencia sexual, trata, reclutamiento forzoso, maltratos y asesinatos. Esto con el fin de contrarrestar la especial vulnerabilidad de las personas migrantes que a menudo les impide denunciar, testificar y acceder a la justicia.
Facilitar el acceso a mecanismos de denuncia para que las personas migrantes puedan reportar abusos, recibir copias de sus denuncias y acceder a programas de visas humanitarias y protección a testigos.
Publicar en forma cuatrimestral información sobre el avance e impacto de estas medidas, particularmente sobre las acciones orientadas a procesar a los responsables de los abusos contra migrantes, incluyendo funcionarios públicos.
Asegurar la participación de expertos forenses independientes que, en conjunto con familiares de las víctimas, diseñen y lleven a cabo procedimientos confiables para exhumar e identificar restos de migrantes.
Establecer una base de datos de personas migrantes desaparecidas que permita conocer el avance de las investigaciones y que permita a familiares y organizaciones contribuir con información, incluyendo ADN, que permita asistir en la localización e identificación.