
Lamenta Gobierno de Morelos fallecimiento del artista Rafael Cauduro
MÉXICO, DF, 5 de agosto de 2015.- Es probable que pienses que el beso en la boca, ese signo romántico omnipresente en nuestra cultura, el beso ‘de verdad’, según los hormonales púberes, sea el gesto de amor universal por excelencia. No te culpamos, nosotros también lo creíamos y, de hecho, también la ciencia lo daba por sentado. Hasta ahora publica Terra.
Resulta, sin embargo, que la particular acción de juntar tu boca con la de alguien más para compartir salivas durante un tiempo determinado y, de paso, también unos 800 millones de bacterias, no es asunto de todas las culturas. Para ser excatos: sólo el 46% de ellas lo practican, de acuerdo con un estudio recientemente realizado por un equipo encabezado por Rafael Wlodarski, de la Universidad de Oxford, en Inglaterra.
A decir verdad, en muchas sociedades, la idea de besar a alguien más en la boca roza lo repugnante y, en el reino animal, pueden contarse con dos dedos de una mano las especies que lo practican. Entre las culturas recolectoras, como la de la tribu Mehinaka de Brasil, el beso en la boca es intolerable y bárbaro. Esto ha conducido a algunos expertos a presumir que entre nuestros antepasados tampoco existía.
El beso en la boca podría ser, en efecto, un invento bastante nuevo, afirma Wlodarski. La evidencia más antigua de esta práctica se encuentra en un texto sánscrito de hace poco más de 3 mil 500 años, donde se describía el besar como “inhalar el alma del otro”. Por otro lado, en ningún jeroglífico egipcio se representan figuras humanas besándose, por muy cercana que sea la descripción de su relación sentimental y física.
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