
Cuentan hospitales de Morelos con material para realizar abortos
LONDRES, Inglaterra, 20 de julio de 2015.- La escena es conocida en el mundo de las pequeñas desgracias cotidianas: tienes un apetitoso pedazo de comida en la mano y, mientras salivas con ferocidad canina, te lo acercas a la boca presto a saborearlo y… ¡zas! Se cae al suelo.
Entonces una mezcla de sabiduría popular y gula frustrada se ponen en marcha. Si lo coges antes de cinco segundos, seguirá siendo comestible; si no, será pasto del cubo de la basura. Y al suelo te lanzas al rescate.
Un experimento llevado a cabo por la BBC hace un par de anos junto al doctor Ronald Cutler, médico especialista del hospital universitario Queen Mary de London y autor de un estudio al respecto, mostró que tal regla no funciona.
En el experimento se arrojaron un trozo de pizza en una cocina, un trozo de manzana en la calle y una tostada en un suelo de una oficina. Todos estos apetitosos alimentos se recogieron en menos de cinco segundos del suelo.
Pero, una vez llevados debajo de un microscopio del laboratorio, quedó patente que siglos de rápidos reflejos para recoger comida del suelo habían sido desaprovechados: todos los trozos contenían importantes cantidades de bacterias que hacían que la comida no fuese segura para consumirse.
Los estudios muestran, sin embargo, que el tiempo de exposición aumenta la cantidad de bacterías que se quedan adheridas al alimento.
Sin embargo, hay un matiz que puede ser mencionado: el factor tiempo aumenta el nivel de contaminación de bacterias en esa comida que se cae. Así lo dice al menos un estudio de 2014 de la inglesa Universidad de Aston.
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